jueves, 28 de junio de 2007

40 aniversario de "La noche de los bastones largos" - Quisieron imponer una universidad colonial para un país dependiente" - FADEP - 29 de julio de 20

En "la noche de los bastones largos"
Quisieron imponer una universidad colonial para un país dependiente


El golpe de Onganía y la "Revolución Argentina"

Desde la perspectiva de los sectores dominantes, en la Argentina de 1966, había dos problemas políticos centrales: el primero era la construcción de un sistema político estable, basado en la exclusión permanente del peronismo; el segundo consistía en limitar la expansión de la influencia de la Revolución Cubana en América latina y en Argentina, asegurando (en el contexto de la Guerra Fría) el alineamiento del país y la región con Estados Unidos contra la Unión Soviética. Para las Fuerzas Armadas, los gobiernos civiles (Frondizi-UCRI e Illia-UCRP) que sucedieron a la dictadura de la "Revolución Libertadora" habían sido incapaces de solucionar, satisfactoriamente ambos problemas. De ahí que en 1966, los militares abandonen su papel de tutores de la "democracia restringida" (una "democracia" que excluía al peronismo) y asuman directamente el poder, derrocando a Illia e inaugurando su autoproclamada "Revolución Argentina", proscribiendo esta vez a todos los partidos políticos. Así, el gobierno surgido del golpe de Onganía ya no se planteaba como un clásico "golpe rectificador", sino como un régimen nuevo con la pretensión de reordenar las relaciones económicas, sociales y políticas en el sentido de un proceso de modernización dependiente dentro de los parámetros elaborados por la política norteamericana para el hemisferio.

En ese contexto, el "partido militar" (portador de la Doctrina de Seguridad Nacional) veía a la Universidad como un ámbito especialmente peligroso, como un foco de propagación de ideas subversivas. Y es que en esa Universidad se estaba produciendo un lento proceso de politización por parte de los jóvenes pertenecientes a los sectores medios que comenzaban a acercarse a la realidad nacional sensibilizados por el ejemplo de la Revolución Cubana y los movimientos de liberación nacional del Tercer Mundo. Dicho acercamiento y politización se evidenciaba en las posturas que venia asumiendo el movimiento estudiantil hacia la confluencia con la CGT respecto del Plan de Lucha del ´64 o en las movilizaciones de rechazo a la invasión norteamericana en Santo Domingo, o en el surgimiento de los primeros grupos guerrilleros guevaristas como el EGP dirigido por Jorge Masetti.


La noche de los bastones largos

El 29 de julio de 1966, se decretó la ley 16.912 que eliminaba la autonomía universitaria. Tratando de que el paso hacia un gobierno universitario centralizado fuera una transición, la ley proponía que los decanos y rectores quedaran en sus funciones como meros empleados administrativos hasta que la Secretaría de Educación decidiera quién ocuparía aquellos lugares. Pero todos los decanos y el rector de UBA renunciaron, y en todas las universidades nacionales (excepto en tres) se negaron a seguir en sus funciones bajo este nuevo sistema. Fue tal el repudio en la UBA, que en las facultades de Filosofía y Letras, de Arquitectura y de Ciencias Exactas se realizaron asambleas y se tomaron los edificios. La policía intervino violentamente, y expulsó de las instalaciones a los bastonazos a docentes, graduados, y estudiantes. De ahí el nombre con que se conoció aquella situación dramática: "la noche de los bastones largos". El caso más grave y paradigmático fue el de la Facultad de Exactas; allí se realizó incluso un simulacro de fusilamiento, y se golpeo de manera brutal sin discriminar edad, sexo, o jerarquía. Incluso se golpeo a un docente norteamericano, que escribió luego una carta de denuncia muy dura a su país. Se supone que la especial saña de los militares con esta facultad tenía como disparador que días antes se había intentado realizar un homenaje a Roca y desde las ventanas de la institución los estudiantes habían arrojado monedas interrumpiendo el acto[1].

En las horas siguientes a la intervención renunciaron dos mil docentes (mayoritariamente de dedicación exclusiva) y se exiliaron trescientos científicos. El nivel de los contenidos de las materias descendió notablemente. La Universidad quedó completamente diezmada. Comenzó la aplicación del modelo limitacionista: los exámenes de ingreso pasaron a ser obligatorios, se aranceló parte de la universidad, se cerraron los comedores universitarios, se disolvieron las federaciones estudiantiles regionales y la nacional - FUA-, se prohibió la actividad de los centros de estudiantes, se redujo la cantidad de asignaciones exclusivas, y la policía paso a ser un miembro habitual de la comunidad académica.


Del autoritarismo y la represión a la movilización y la resistencia popular

Docentes, graduados y estudiantes tuvieron que redefinir su posición. Como ya dijimos, la mayoría de los docentes titulares renunció, se fue al exterior, o a trabajar en empresas y universidades privadas. Algunos de los que asumieron los cargos vacantes fueron los que luego discutieron con mayor énfasis el modelo de universidad y de país que los sectores dominantes representados por los militares querían imponer. Desde el movimiento estudiantil se continuó el camino de acercamiento al movimiento popular con el que se compartía la proscripción. Fue así como se acelero la radicalización de los jóvenes provenientes de los sectores medios, proceso cuyo auge se expreso claramente en la insurrección obrera y estudiantil de mayo de 1969, conocida como"el Cordobazo".

Así, la represión, el autoritarismo y el limitacionismo que la dictadura impuso dentro de la universidad, lejos de despolitizarla la constituyo en un ámbito importante del movimiento de resistencia popular, acercándola a las experiencias más avanzadas y unificadoras de dicho movimiento (claro ejemplo de esto fue la estrecha relación entre las diversas expresiones estudiantiles de la izquierda nacional, socialcristianas y peronistas que se vincularon con la CGT de los Argentinos). En el ámbito de las Ciencias Sociales se gestaron las "Cátedras Nacionales", que abrían la universidad al debate sobre nuestra realidad como país periférico, subdesarrollado, dependiente y parte del Tercer Mundo. Estas experiencias fueron acompañadas por diversas publicaciones, entre las que se destacan "Antropología del tercer mundo" (1968-73) y "Envido" (1970-73) en las que escribieron Roberto Carri, Guillermo Gutiérrez, y se hacía referencia a pensadores, hasta ese momento, desplazados y negados como: Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche, Hernández Arregui, y Rodolfo Puiggrós entre otros. En Ciencias Exactas sucedía algo similar respecto al debate sobre el cientificismo, la ciencia y la política (en el que se destacan los planteos de Oscar Varsavsky). Posteriormente, el mismo proceso de debate, politización y compromiso con la realidad nacional se extenderá a la mayoría de los ámbitos académicos.

Paralelamente, el movimiento estudiantil va adoptando formas nuevas de organización, movilización y protesta, que desafían con éxito a la política represiva de la dictadura y expresan al mismo tiempo el creciente auge de la movilización dentro y fuera de la universidad. Aparecen entonces las asambleas y cuerpos de delegados que junto con los actos relámpago y barricadas, van a constituir practicas participativas que desbordan a los centros de estudiantes y formas de movilización pre-insurreccionales. Todo ese clima de creciente movilización y politización, junto al accionar del movimiento obrero y las organizaciones político-militares, va confluir en la derrota política de la "Revolución Argentina", en el levantamiento de la proscripción electoral del peronismo y en la convocatoria a las elecciones de 1973.


¿Qué significa hoy "la noche de los bastones largos"?

Recordar y reflexionar sobre la intervención de las universidades argentinas por parte de la dictadura de Onganía con una distancia histórica de cuarenta años implica dos cosas: por un lado, rescatar del olvido y resaltar el hecho histórico; y por otro lado, indagar sobre sus significados políticos más profundos. Es en este último sentido, que "la noche de los bastones largos" opera como una suerte de bisagra en la historia de las universidades argentinas. Al mismo tiempo marca la imposibilidad práctica de la neutralidad política de la universidad en el proceso político argentino y evidencia la importancia de la universidad en la lucha por el poder para imponer un proyecto de país. Y marca también el inicio de una actitud de los sectores dominantes hacia la universidad que se mantiene vigente hasta la actualidad. Esa actitud consiste en la pretensión de convertir a las universidades en ámbitos despolitizados y asépticos de toda preocupación por las necesidades nacionales. Finalmente, el fracaso del Onganiato en ese primer intento por consolidar una universidad colonial para un país dependiente nos muestra el enorme potencial político que puede volcar la universidad cuando se vuelca mayoritariamente hacia un proyecto de liberación nacional.


A 40 años de "la noche de los bastones largos",
Luchamos por una Universidad del Pueblo en una Patria Liberada

FADEP - LA VALLESE - EL AGITE - LA KUSCH

[1]: En esa época la UBA estaba ubicada en "la Manzana de las Luces", frente al monumento a Roca.