jueves, 28 de junio de 2007

Enmienda Platt - El colonialismo yanqui en Cuba a principios del siglo XX

Enmienda Platt
(1901)

Que en cumplimiento de la declaración contenida en la Resolución Conjunta aprobada en 20 de abril de mil ochocientos noventa y ocho, estimulaba «Para el conocimiento de la Independencia del Pueblo cubano» exigiendo que el Gobierno de España renuncie a su autoridad y gobierno en la Isla de Cuba, y retire sus fuerzas terrestres, y marítimas de Cuba y de las aguas de Cuba y ordenando al Presidente de los Estados Unidos que haga uso de las fuerzas de tierra y mar de los Estados Unidos para llevar a efecto estas resoluciones; el Presidente por la presente quedó autorizado para dejar el Gobierno y Control de dicha isla, a su pueblo, tan pronto como se haya establecido en esa Isla un Gobierno bajo una Constitución en la cual, como parte de la misma, o en una ordenanza agregada a ella se definan las futuras relaciones entre Cuba y los Estados Unidos sustancialmente como sigue:

I.- Que el Gobierno de Cuba nunca celebrará con ningún Poder o Poderes extranjeros ningún tratado u otro convenio que pueda menoscabar o tienda a menoscabar la Independencia de Cuba ni en manera alguna autorice o permita a ningún Poder o Poderes extranjeros, obtener por colonización o para propósitos militares o navales, o de otra manera, asiento en o control sobre ninguna porción de dicha Isla.

II.- Que dicho Gobierno no asumirá o contraerá ninguna deuda pública para el pago de cuyos intereses y amortización definitiva después de cubierto los gastos del Gobierno, resulten inadecuados los ingresos ordinarios.

III.- Que el Gobierno de Cuba consiente que los Estados Unidos puedan ejercitar el derecho de intervenir para la conservación de la Independencia cubana, el mantenimiento de un Gobierno adecuado para la protección de vidas, propiedad y libertad individual y para cumplir las obligaciones que con respecto a Cuba han sido impuestas a los Estados Unidos por el tratado de París y que deben ahora ser asumidas y cumplidas por el Gobierno de Cuba.

IV.- Que todos los actos realizados por los Estados Unidos en Cuba, durante su ocupación militar, sean tenidos por válidos, ratificados y que todos los derechos legalmente adquiridos a virtud de ellos, sean mantenidos y protegidos.

V.- Que el Gobierno de Cuba ejecutará y en cuanto fuese necesario cumplirá los planes ya hechos y otros que mutuamente se convengan para el saneamiento de las poblaciones de la Isla, con el fin de evitar el desarrollo de enfermedades epidémicas e infecciones, protegiendo así al pueblo y al comercio de Cuba, lo mismo que el comercio y el pueblo de los puertos del Sur de los Estados Unidos.

VI.- Que la Isla de Pinos será omitida de los límites de Cuba propuestos por la Constitución, dejándose para su futuro arreglo por Tratado la propiedad de la misma.

VII.- Que para poner en condiciones a los Estados Unidos de mantener la Independencia de Cuba y proteger al pueblo de la misma, así como para su propia defensa, el Gobierno de Cuba venderá o arrendará a los Estados Unidos las tierras necesarias para carboneras o estaciones navales en ciertos puntos determinados que se convendrán con el Presidente de los Estados Unidos.

VIII.- Que para mayor seguridad en lo futuro, el Gobierno de Cuba insertará las anteriores disposiciones en un Tratado Permanente con los Estados Unidos.

LA IZQUIERDA EN ARGENTINA Por Juan Pablo Kryskowski

LA IZQUIERDA EN ARGENTINA Por Juan Pablo Kryskowski


LA IZQUIERDA TRADICIONAL EN ARGENTINA.
Lo que podríamos denominar la izquierda tradicional estaba conformada por el Partido Socialista y por el Partido Comunista, este último surgido finalmente como una escisión de aquel.
Estos núcleos tradicionales de la izquierda han sufrido divisiones a partir de hechos internacionales como :
a- La Revolución Bolchevique en Rusia en 1917
b- La polémica Stalin - Trotsky
c- La Revolución China, liderada por Mao, en 1948
d- La Revolución Cubana, en 1959
Es importante señalar desde ya lo que implicaron las revoluciones socialistas posteriores a la bolchevique, en tanto pusieron en tela de juicio la idea de la revolución en un solo país (la Unión Soviética) que había postulado el PC soviético al mando de Stalin y que había sido tomada dogmáticamente por el PC argentino.
A la repercusión que tuvieron aquí estas situaciones se le deben sumar dos fenómenos de la política local que también tuvieron una notable incidencia en el conjunto de la izquierda. La aparición del radicalismo y mas tarde la del peronismo. Especialmente este último movimiento de masas por lo que implicó su irrupción en el movimiento obrero y por las reacciones que suscitó de derecha a izquierda en la escena nacional.
De las diversas corrientes que han surgido a lo largo del siglo XX, han sobrevivido cuatro : el comunismo, el socialismo , el trotskismo y el maoísmo, estos últimos de aparición posterior.
El Partido Socialista , fue fundado en 1896 y liderado por Juan B. Justo. En 1915 pasó a denominarse Partido Socialista Argentino (PSA). Como se señaló, el primer hecho que incidió fuertemente desde el exterior fue la Revolución Rusa liderada por Lenin. En enero de 1918 es fundado el Partido Socialista Internacional, que en 1920 pasa a llamarse Partido Comunista y en 1928 comenzará a denominarse Partido Comunista de la República Argentina.
La otra corriente relevante de entonces era el anarquismo, que tuvo una inserción importante en los sindicatos y compitió en dicho ámbito con las políticas del socialismo y el comunismo. Su declinación se daría marcadamente en los años 40´, no sin antes dejar su impronta en hechos que sacudieron a la política nacional. Entre ellos el atentado en el que Simón Radowitsky mató en 1909 al jefe de policía Ramón L. Falcón; los levantamientos en busca de mejoras en las condiciones laborales en el sur que culminaron con fusilamientos masivos por parte de las tropas al mando de Varela en 1920-21, durante el primer gobierno de Yrigoyen ; los sucesos conocidos como "La Semana Trágica" en la ciudad de Buenos Aires en enero de1919; y finalmente en los años 30 con la figura de Severino Di Giovanni, finalmente fusilado en la Penitenciaria Nacional durante el gobierno de la Concordancia.
Entre los anarquistas había líneas distintas, por un lado quienes apelaban a la violencia sistemáticamente y por otro quienes creían en formas menos agresivas de acción directa. Así aceptaban actuar en la organización sindical e intentaban asumir las responsabilidades de la representación de los intereses concretos de algunos sectores de los trabajadores en tiempos en los que la industrialización recién daba sus primeros pasos en el país.
Los socialistas formaron su partido en 1896 y habían comenzado a reunirse desde 1894. En 1901 anarquistas y socialistas formaron la Federación Obrera Argentina (FOA). La unión duró poco tiempo, al año siguiente los primeros impulsarían una política más agresiva de huelgas y formarán la Federación Obrera Regional Argentina (FORA) y los segundos la Unión General del Trabajo (UGT). Los anarquistas entendían que la clase obrera sólo debía organizarse en sindicatos y asociaciones culturales y prepararse para un acceso al poder mediante la huelga general. Su ambición última era que el Estado desaparecería una vez tomado el poder y que sus funciones serían asumidas por una asociación libre de todos los sindicatos, cada uno de los cuales administraría su rama de producción. Los conflictos se limitaban a las zonas urbanas, cómo Buenos Aires y Rosario.
Si bien el factor inmigratorio era importante para entender el porque del surgimiento de estas formaciones, no era el único. Con la intención de reprimir estas organizaciones que iban surgiendo, se promulgó en 1902 la Ley de Residencia, por la cual se podía expulsar del país a aquellos extranjeros que las autoridades consideraran "peligrosos" para el país.
El Partido Socialista buscaba su lugar en un país electoral con una burguesía poco desarrollada (lo que podía ser grave para la derecha y en parte para el radicalismo que había nacido en el siglo XIX) y con un reducido porcentaje de obreros. Algo grave para sus políticas, en tanto sus posibilidades de crecimiento político parecían reducirse a esos sectores. Cuando aún el PS tenía un grado importante de radicalización en sus propuestas, hizo buenas elecciones en la Capital Federal a partir de 1912 y 1913. Aún cuando el voto se universalizó desde 1916, el PS nunca logró ligarse profundamente con la clase obrera y sus sindicatos. Así es que habría una constante falta de vinculación estrecha entre la clase a la que decía representar y el partido. En la primer década del siglo XX , a través del voto uninominal por circunscripciones, llega a la Cámara de Diputados Alfredo Palacios, representando al barrio de La Boca. Por esos tiempos aparece desde el socialismo José Ingenieros.
Con la conquista del voto universal, secreto y obligatorio masculino y con la introducción de la educación común, laica y gratuita se produjeron importantes cambios. Desde el conservadurismo que había detentado el poder político desde hacia varias décadas atrás, la apuesta política principal fracasó en tanto no pudo asegurar el objetivo de una nueva presidencia conservadora o liberal. Quién accedió fue la Unión Cívica Radical y su líder tras el suicidio de Alem, Hipólito Irigoyen en 1916. Es cierto que logró un objetivo secundario como era dividir a la oposición legal (entonces formada por radicales y socialista), que se volcó por el camino de las urnas, de aquella otra que como la anarquista jamás aceptaría esa alternativa y comenzaría un proceso de aislamiento progresivo.
Entre socialistas y anarquistas estaban los sindicalistas revolucionarios, separados del PS en 1906, quienes incorporaron luego a grupos provenientes del anarquismo.
Cómo se dijo, el Partido Socialista Internacional nació al influjo de la Revolución Rusa, conformado en gran medida por disidentes de la juventud del PS. Con el cambio de nombre de 1920, adhirió a la Internacional centrada en Moscú. Este sería un camino constante en la versión local del Partido Comunista, su adscripción a las directivas del PCUS, con la figura prominente de Vittorio Codovilla. Esto tuvo importantes consecuencias para la izquierda argentina, porque marginó la posibilidades de alianzas reales entre sus componentes.
Los citados sucesos de la Semana Trágica en la Capital causaron alrededor de 700 muertos, con acciones como las de la derechista Liga Patriótica Argentina, ideada para reprimir obreros con el pretexto de que eran elementos peligrosos para la Nación. Esto también se dio durante el gobierno de Yrigoyen. Había dos federaciones obreras : la FORA "del Noveno Congreso" dirigida por sindicalistas y socialistas, con políticas moderadas y de cierta negociación con el gobierno; y la FORA "del Quinto Congreso" de los anarquistas, con una postura mucho mas intransigente. Poco después se generó un serio conflicto en Santa Cruz y fueron fusilados por tropas militares mas de mil trabajadores. En el Congreso de la Nación, cuando la oposición intentó hacer una acusación, la mayoría radical, por solidaridad partidaria y para evitar un mayor desprestigio del Ejército (a partir de la responsabilidad que le cabía en la masacre al teniente coronel Varela), la impidió.
La década del 20 transcurrió con gobiernos radicales (Yrigoyen-Alvear-Yrigoyen). Especialmente en los dos años de la segunda presidencia de Yrigoyen, primer mandatario elegido en elecciones libres, éste debió enfrentar la oposición de buena parte del movimiento obrero y de la izquierda, así como de los estudiantes. Mientras tanto, los conservadores, los radicales alvearistas y los miembros del Partido Socialista Independiente (escisión de 1927, que contaba con el futuro ministro de Economía Federico Pinedo) llegaban a actitudes claramente golpistas, contactándose con jefes militares.
Los del PSA y el Partido Demócrata Progresista de Lisandro de la Torre rechazaban esto, pero la implacabilidad de sus críticas azuzaba el clima desestabilizador. En las elecciones para diputados en la provincia de Buenos Aires a comienzos de 1930 se esfumó la gran mayoría radical de 1928. Los dos partidos socialistas emergían como principales fuerzas electorales en la Capital, aunque el recién surgido PSI era votado en buena parte por un electorado de derecha que vehiculizaba así su antiyrigoyenismo ante la poca convocatoria de sus candidatos, lo cual también sería una constante en la derecha.
El 6 de setiembre de 1930 se produjo el primer golpe militar en la Argentina y el general José Evaristo Uriburu sería nombrado presidente. Leopoldo Lugones proclamaba que la Hora de la Espada había llegado, ante el desprestigio de los políticos.
La represión sobre la oposición se endureció. Ya antes del golpe se intentaba la unificación de las centrales sindicales, de la que quedaron afuera los anarquistas (aún en la FORA del V Congreso) y los comunistas (agrupados en un Comité de Acción Sindical Clasista), que no controlaban importantes estructuras obreras. Las dos principales corrientes eran la Unión Sindical Argentina (USA), de orientación sindicalista ? revolucionaria; y la Confederación Obrera argentina (COA), socialista, Ambas se unieron junto a gremios autónomos para formar la Confederación General del Trabajo (CGT). Su papel en esta década y hasta mediados de la siguiente no fue muy relevante.
Cuando el yrigoyenismo ganó las elecciones en territorio bonaerense en abril de 1931, el gobierno militar invalidó el comicio y prohibió la presentación de candidatos ligados a la gestión anterior. Entonces la UCR decidió el "abstencionismo revolucionario" y como oposición quedaban el PS y el PDP, que concretaron una alianza con la fórmula Lisandro De La Torre - Nicolás Repetto y dieron a su campaña un fuerte tono antiyrigoyenista. Entre la abstención radical y un fraude escandaloso (que daba comienzo a la "Década Infame"), Agustín P. Justo fue elegido nuevo presidente en 1932.
La "Década Infame" se extiende hasta 1943, con gobiernos fraudulentos y escandalosos tratados en detrimento de la economía nacional como el tratado Roca - Runciman firmado en territorio británico. También se inicia un período de mayor intervención estatal en la economía, con la formación de entidades como la Junta nacional de Carnes y la Junta Nacional de Granos.
El golpe del 43 se da en un clima de gran desprestigio de la dirigencia política, Asciende un grupo de militares, entre los que cobraba gran influencia una logia secreta, el Grupo de Oficiales Unidos (GOU) con una base intelectual importante para proyectarse políticamente. Comenzaba a ganar presencia la figura de Juan Domingo Perón. A través de su lugar en la Secretaría de Trabajo (organismo recién creado) comenzaría una intensa actividad que incluyó un intenso acercamiento con diversos sectores de los trabajadores, que por primera accedían a los despachos oficiales en forma masiva. Comenzaron a tomarse medidas que favorecían las condiciones laborales de sectores olvidados en las políticas oficiales (como los peones rurales) y la figura de Perón, que ocuparía también el Ministerio de Guerra y la vicepresidencia de la Nación, comenzó a ganar prestigio entre los sectores populares y el apoyo de entidades gremiales, así como el enfrentamiento con otras.
Algunas de estas medidas también provocaban opiniones adversas en sectores de poder y a comienzos de octubre de 1945 los mandos de Campo de Mayo pidieron la renuncia del Coronel a todos sus cargos oficiales. Detenido, Perón volvería victorioso de la isla de Martín García, luego de que importantes sectores de la clase trabajadora salieran a las calles a pedir su libertad y hablaría a la multitud congregada en Plaza de Mayo en el final de la histórica jornada del 17 de Octubre. Con el surgimiento del peronismo, se abría una nueva etapa.

LA POSICIÓN ANTE EL RADICALISMO Y EL PERONISMO


Es interesante traer a la actualidad cual era la visión que tenía la izquierda tradicional de estas expresiones políticas de alcance nacional y popular.

Según la versión oficial del PC, Oscar Arévalo (importante dirigente partidario), en su libro "El Partido Comunista" (Biblioteca Política Argentina número 6) menciona que en su VIII Congreso (1928 ) caracterizaba al yrigoyenismo diciendo que "a pesar de sus contradicciones internas, propias de la heterogeneidad social de sus elementos componentes, es una fuerza democrática y progresista ... cuya tendencia es sostener los intereses específicos de la naciente burguesía industrial, apoyándose siempre en la pequeña burguesía y en parte de las masas obreras, lo que le hace jugar un papel progresista?.
El mismo autor señala que esas posiciones se abandonaron "recordaremos que el cumplimiento de los deberes de la solidaridad y del internacionalismo proletario alejaron del país a dirigentes destacados como V.Codovilla y mas tarde, R.Ghioldi, lo cual facilitó el crecimiento de las tendencias sectarias, extremistas ... estos errores llevaron a posiciones incorrectas frente al gobierno de Irigoyen, haciendo de este el blanco de una dura crítica del Parido. Tal actitud descolocó al Partido frente al golpe del 6 de setiembre de 1930. Se creyó que lo que ocurría era solo una lucha entre dos sectores de las clases dominantes...". En su informe al IX Congreso del PCA (1938 ), Orestes Ghioldi escribió "el fuego cruzado contra la oposición oligárquico-reaccionaria se combinaba con el fuego al gobierno de Yrigoyen".
Ante las elecciones de 1931 "la actitud del Partido fue equivocada pues en nombre de la independencia de clase se adoptaba una posición de "neutralidad" que era incomprensible para el pueblo. En noviembre de 1931 el PC combatió la formula De La Torre- Repetto, cuando lo que correspondía era apoyarla aunque sin esconder la crítica a sus limitaciones". En los 30 adoptaría la táctica delineada por el Buró soviético de promover la construcción de Frentes Populares para luego criticarla en el IX Congreso e interpretarla como "una política seguidista respecto a las fuerzas burguesas democráticas" y posteriormente reflotar la idea para las elecciones de 1946, para enfrentarse a Perón.
Rodolfo Puiggrós, destacado intelectual que se fue del PC para unirse al peronismo hacia 1945, niega que esto haya sido así. En su "Historia crítica de los partidos políticos argentinos" (Editorial Fundamentos,1955) recuerda que las Tesis del VIII Congreso, inspiradas en la delegación de la Internacional Comunista se resumían en los siguientes puntos "que no fueron aceptados ni llevados a la práctica, antes o después, por el codovillismo : 1- La Argentina no ha completado su revolución democrático-burguesa y su desarrollo capitalista es trabado por la opresión del capitalismo; 2- Al no haber completado su revolución democrático-burguesa y ser un país dependiente, su burguesía nacional es un factor revolucionario, es un factor de la liberación económica, es progresista; y 3- la clase obrera debe apoyar y desarrollar los pasos antiimperialistas y progresistas de la burguesía nacional".
De puertas hacia adentro, los dirigentes locales no aceptaban esto y, dice Puiggrós, en "sus informes, discursos y escritos hablaban y hablaban contra el radicalismo como enemigo principal y afirmaban que la burguesía nacional era una clase reaccionaria y fascista. La confusa cháchara sobre la revolución democrático-burguesa quedaba reducida a la nada si se negaba a la burguesía nacional todo papel progresista, toda posibilidad de resistencia al imperialismo ... aplicaban mecánicamente a la Argentina, país oprimido por el imperialismo, una línea política que correspondía a las naciones capitalistas desarrolladas, a las naciones imperialistas".
EL PC definió en su momento tanto al radicalismo y al peronismo ( a este último con mayor insistencia) como "regímenes nacional-fascistas", negándoles una auténtica raíz nacional y su arraigo popular desconociendo así algo que la historia ha probado y es que ese imperialismo del que hablan ha buscado crear y sostener en Latinoamérica a gobiernos formalmente "democráticos" y que prefiere tratar con gobiernos "constitucionales" cuando no ha promovido directamente gobiernos dictatoriales (especialmente a partir de la instalación de la Doctrina de la Seguridad Nacional), para asegurar en uno y otro caso la explotación popular; para evitarse los inconvenientes que podía ocasionarle el trato con gobiernos nacionales con fuerte apoyo popular.
Todo esto viene a cuento de lo que supuso en el país el surgimiento en el país de movimientos populares, aún cuando tengan grandes diferencias, como en el caso del radicalismo y el peronismo. De la citada Conferencia salió la calificación a Yrigoyen de "fascista", calificada como "absurda" por Puiggrós y que indudablemente fueron festejadas por la derecha. Vale decir que cuando el peronismo surgió con fuerza la izquierda tradicional, junto a otras fuerzas políticas conservadoras lo calificaron de movimiento "nazifascista".
Al interior de la izquierda se jugaba otro partido, ya que a finales de los años 30 hacía su irrupción una nueva corriente : el trotskismo. Consecuencia de la puja que en la Unión Soviética se terminó con el triunfo de Stalin sobre lo que proponía León Trotsky, que partió al exterior y fue asesinado en México en 1938, con el tiempo esta corriente buscaría organizarse a partir de grupos como la Liga Comunista (1932) o el Grupo Obrero Revolucionario (1939).

Por el lado del socialismo hubo desde su fundación hasta mediados de la década del 50, siete rupturas, con importancia disímil. Un sector giró a la derecha, y fue el PS Independiente; otros menores, como los grupos trotskistas que iban surgiendo (en 1938 se conforma la Internacional trotskista), fueron a posiciones más radicalmente de izquierda.
Una muestra de cómo se fue modificando el ideario original del socialismo la da uno de sus lideres, A. Ghioldi, en su libro "Marxismo, socialismo, izquierdismo, comunismo y la realidad argentina de hoy" (1950) donde elogia al "capitalismo libre ... tolerante ... de sentido igualitario profundo que rige en Estados Unidos" y agrega que de esa nación "parten las grandes direcciones del progreso político y cultural". Escribía que "si en todo capital extranjero vemos una desgracia y la acción coordinada del imperialismo, entonces caemos en el absurdo nacionalista ... no oculto que para mí y mis hijos preferiría vivir en Estados Unidos y no en Rusia ... La historia del socialismo dice que la esperanza de que la clase obrera o proletaria se convirtiesen actor protagónico de la historia no ha sido confirmada. La clase obrera no ha sido el factor protagónico en las luchas contra el fascismo y las variadas clases de totalitarismos".
En ese mismo libro se apoyará en la idea de Juan B. Justo sobre las alianzas y reclamará la continuidad o la reproducción de la Unión Democrática que, con la formula radical Tamboríni ?Mosca enfrentó a la triunfante Perón ? Quijano, que obtuvo alrededor del 54 % de los votos.
Quizás leyendo estas posiciones puedan entenderse ciertas ubicaciones del socialismo local que vieron como totalitarios a gobiernos populares y se pusieron al lado de la oligarquía (como el PSI en 1927 o el PSA en 1946) o el cambio de personalidades como Leopoldo Lugones, que proclamó la llegada de "La Hora de la Espada" en acompañamiento al golpe de Estado de 1930 tras haber sido parte de un grupo que rompió en 1899 definiéndose como "marxistas intransigentes". Otros como Alfredo L. Palacios (que se separó junto a otros en 1915) no acompañaron estas posiciones golpistas y, sin embargo, se colocó en lugares tan distintos como la embajada del país en Uruguay bajo el gobierno anticonstitucional de la "Revolución Libertadora" que derrocó a Perón el 16 de setiembre de 1955 y el apoyo a la Revolución cubana, que lo llevó a integrar la delegación argentina que, liderada por John William Cooke, viajó a la I Conferencia de la OLAS (Organización Latinoamericana de Solidaridad).
Una ruptura para mencionar es la de quienes formaron el Partido Socialista de la Revolución Nacional (PSRN) en 1952 y que, con efímera existencia y liderado por Enrique Dickmann, apoyó al peronismo.
En general, el PSA mantuvo una postura desconectada del desarrollo histórico nacional, sin bucear en las causas nacionales de los cambios políticos y sociales. Así es como calificaron a Irigoyen y perón considerándolos como simples remedos de las dictaduras fascistas europeas.
De palabras de su propia gente se desprende la confusión de algunas de sus posiciones. Puiggrós toma en una nota al pie de su obra ya mencionada dichos de Alejandro Korn, que postulaba que el PSA "ha ejercido una intensa influencia educadora" tras lo cual sostiene que, aunque "el socialismo se ha dado cuenta que el problema social masque económico, es un problema moral, públicamente no puede confesarlo, porque ese pensamiento no es de Marx, sino de Le Play, de Schmuller y de León XIII". Puiggrós, que apoyaría fervientemente a la Revolución Cubana y en los 70 se vincularía a los Montoneros, indicaba que "de esto a decir que el PS se ampara en Marx a veces, sin comprenderlo ni aceptarlo, no hay un solo paso".


EL SURGIMIENTO DEL PERONISMO COMO MOVIMIENTO DE MASAS Y SU REPERCUSIÓN EN LA IZQUIERDA
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Volviendo al PCA, ya a fines de los años 30, Rodolfo Ghioldi (que moriría a mediados de los 80) comparaba al radicalismo con el nacionalsocialismo de Hitler en la Alemania post-Weimar. Esto aparece como una muestra del porque históricamente el PCA ha quedado desligado de las masas populares. Así en algún momento vio como mayores enemigos a los radicales y a los que calificaban de "izquierda sectaria" y mas tarde al "nazi-peronismo", en lugar de apuntar a la verdadera derecha. A posteriori, comenzaría con la promoción de la idea de gabinetes ?cívico-militares? como solución a la inestabilidad política del país. Algunas posturas no hicieron mas que contribuir al desprestigio del marxismo y del comunismo en el país, mas allá de la propaganda que se haya hecho al respecto.
Otro ejemplo de la errada lectura de la realidad nacional que se hacía desde la dirección partidaria es lo que decía su máxima figura (y asiduo organizador de los congresos de los PC latinoamericanos), Vittorio Codovilla, en 1932 proponiendo "soviets con gobierno de campesinos y obreros o nada". Cabe preguntarse que visión tenían del país real, cuando la clase obrera industrial solo se desarrolló con fuerza a partir de los años 40 y considerando que este país no se caracterizó nunca por tener un campesinado fuerte.
Estas posiciones de socialistas y comunistas confluyeron hacia finales de 1945 en la "Unión Democrática". Se unieron a radicales (salvo algunos sectores), conservadores, demócratas progresistas y al embajador estadounidense Spruille Braden (poseedor de yacimientos minerales en el sur de Chile) para enfrentar a Perón y sus aliados. Esta heterogénea coalición veía en el ascendente Coronel un "nazifascista" (el PC y el PS) o vislumbraba un peligroso "obrerismo" ( a partir de la labor desarrollada por Perón en la Secretaría de Trabajo) que inquietaba sus intereses concretos, como les ocurría a los conservadores.
Imbuido en el clima de la finalizada Segunda Guerra Mundial, el PCA buscaba la construcción de un Frente Nacional contra el fascismo, cuya continuidad veía en Perón. Curiosa forma de luchar contra el imperialismo fue, sin duda, aliarse objetivamente con el embajador estadounidense, que lo primero que hizo a su llegada a la Argentina a mediados de 1945 fue comenzar su campaña contra el ascendente Perón. El PCA continuó con estas posición, aún cuando a poco de llegar a la presidencia, Perón comenzó las gestiones para iniciar las relaciones diplomáticas a nivel oficial entre la Argentina y la Unión Soviética, cuando ya habían pasado 28 años de la Revolución Bolchevique y el PS seguía hablando de "Rusia". El surgimiento y consolidación del peronismo provocó la ida de intelectuales que se vincularon al nuevo movimiento de masas, como Puiggrós, y la expulsión de otros, como el caso de Juan José Real, hasta entonces Secretario de Organización del PCA, ya en 1952.
Así, la izquierda tradicional, luego de todo el período conservador de 1930-43, caracterizado por la tergiversación de la voluntad popular a través del fraude, eligió ligarse, en una coalición, con el imperialismo norteamericano.
En el plano sindical, la aparición del peronismo supuso un cambio notable. Los niveles de sindicalización crecieron muchísimo y alcanzaron a sectores a los que el sindicalismo con una trayectoria de décadas no había llegado. Uno de los puntales de las políticas del peronismo fue justamente una CGT con una nueva conformación. Gran parte de las políticas sociales implementadas estaban en conflicto con las pretensiones de parte del empresariado local. Ya a mediados de 1944, cuando Perón era secretario de Trabajo, se sancionó el Estatuto del Peón Rural, que les brindó notables mejoras en sus condiciones de trabajo y los dotó de derechos con los que no contaban. La nueva situación fue interpretada por el sector empresarial agroganadero (y en especial por la Sociedad Rural) como una fuente de abusos y de encarecimiento anti-económico de la mano de obra. A los peones se les aseguraban niveles mínimos de retribución, permanencia en el empleo y cobertura sindical a los asalariados del campo
Para las elecciones de febrero de 1946, se armaron básicamente dos partidos que apoyaron la candidatura de Perón (nacido en 1895) : el Partido Laborista, organizado por varios dirigentes sindicales como Angel Borlenghi (proveniente del socialismo en Empleados de Comercio y futuro Ministro del Interior), Luis Gay (telefónicos) y Cipriano Reyes (frigoríficos) y la UCR - Junta Renovadora, donde se reunieron dirigentes radicales que habían colaborado con el gobierno de Edelmiro J. Farrell (1944-46), como Quijano o el joven abogado J.W.Cooke, que sería una de las cabezas del bloque de Diputados junto a Héctor Cámpora y Ricardo Guardo. A ellos se les sumaban los provenientes de FORJA como Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortiz u Homero Manzi.
Como se dijo, parte vital dela estructura nacional de la UCR, entre quienes se destacaban el cordobés Amadeo Sabattini y el bonaerense Ricardo Balbín, participó de la "Unión Democrática". Cabe recordar que el mismo Yrigoyen que había llevado a la función pública ahombres de sectores no provenientes de las clases privilegiadas fue quién, antes de morir en 1933, entregó el liderazgo partidario a Marcelo Torcuato de Alvear, que sí venía de esos sectores. Y a partir de entonces, según dijo Scalabrini Ortiz en una conferencia pronunciada en 1948 en Mercedes (provincia de Buenos Aires) en memoria de Yrigoyen, "el radicalismo, el organismo que Yrigoyen había creado en cuarenta años de paciente elaboración, ya no era una vía de expresión de los anhelos del pueblo, era un instrumento mas de la oligarquía, es decir, un eco de la voluntad extranjera de segregamiento y explotación".
Las políticas sociales fueron un punto clave en las políticas del peronismo. A partir de ellas, la izquierda tradicional vio erosionada su capacidad de crecimiento político y aún mas, comenzó a perder espacios.
Es a partir del surgimiento del peronismo como movimiento de masas que se abre una nueva etapa para la izquierda en nuestro país. Obligó a replantear posiciones, provocó nuevas rupturas y ligado con otros sucesos internacionales con significativa repercusión aquí, llevarán al surgimiento de una Nueva Izquierda, también llamada por autoras como María Matilde Ollier, "izquierda revolucionaria".






LA NUEVA IZQUIERDA EN ARGENTINA



Podemos denominar "Nueva Izquierda" a un conjunto heterogéneo de expresiones políticas, culturales, sociales y hasta religiosas que surgieron en el país durante los años 60, como contrapartida a una izquierda tradicional y de la que sí se quiere encontrar un rasgo identificatorio ese es la lucha por una modificación revolucionaria de las condiciones políticas y sociales del país. Surgidas estas expresiones en un contexto político en el que los valores democráticos aparecían francamente desacreditados, con el peronismo proscripto desde setiembre de 1955 se producen varios fenómenos que marcarán esta etapa. La radicalización política de un importante sector de la juventud, que asistía a las constantes limitaciones a la voluntad popular y encontraba cerrados los caminos institucionales para la libre expresión de sus prácticas políticas, llevará en muchos casos a elegir el camino de las armas para dirimir las luchas políticas, lo cual no implica en absoluto que no haya habido un importante trabajo político. Una politización muy grande en una sociedad ya de por sí muy politizada y marcada por un enfrentamiento que dejó su huella en la historia nacional: peronismo - antiperonismo.
Pero en esos tiempos se sumarán dicotomías marcadas al interior de la izquierda : las fracturas en los partidos tradicionales tienen también relación con el hecho de que ante una situación que había variado y que exigía de las dirigencias una actitud más decidida de confrontación, se mantuvieran en sus posturas, casi podría decirse, conservadoras. Alguna de la gente que emigra de los aparatos tradicionales engrosará las filas del peronismo y será parte importante en la conformación de las organizaciones armadas que iniciaron su accionar a finales de los años 60. Otra mirará al peronismo con recelo y aunque también optará por ese camino novedoso para la historia nacional, su horizonte no estará en la vuelta de Perón al país, sino que creerán en la posibilidad de una revolución alejada de los preceptos del justicialismo. La cercanía temporal, y geográfica en algunos casos, con las revoluciones de izquierda de la segunda mitad del siglo XX, la realidad plausible de la victoria de algunos movimientos de liberación nacional hacía que lejos estuviera de verse como un imposible la posibilidad de una revolución nacional.
Vale decir que esta "nueva izquierda" no se circunscribió a los movimientos armados, aunque es evidente que a ellos les cabe un papel destacado dentro del conjunto. Así surgieron otras tendencias que, si bien podían no estar de acuerdo con la vía armada por considerarla inconveniente dadas las características del país, compartían ese anhelo de transformación profunda. Puede decirse que hubo una parte de esa nueva izquierda muy ligada al peronismo, entendiendo que el camino de la liberación nacional pasaba por ese lado y en la búsqueda del socialismo nacional.
Otra se mantuvo al margen, pero no desde la postura de la izquierda tradicional, ya difundida anterioridad que le restaba raigambre popular y que solo veía en el movimiento peronista un costado autoritario y demagógico sino con una construcción ideológica que buscaba elaborar un camino alternativo y que no acordaba con el camino elegido por quienes una y otra vez no permitían la presentación de las formulas justicialistas en las elecciones y que cuando esto se daba, y frecuentemente con resultado positivo para dichas formulas, optaba por negar la evidencia de las urnas (tal como se diera con la elección ganada por Andrés Framini para la gobernación de Buenos Aires en 1962, anuladas por el gobierno de Arturo Frondizi).
Y ante esta imposibilidad de manifestación política por las vías constitucionales, es que importantes sectores, peronistas y no peronistas, se decidieron a buscar otros caminos. En tanto la represión afectaba a todo aquel que buscaba una transformación profunda, las movilizaciones comenzaron a multiplicarse y ante la violencia que comenzaba a acentuarse desde los organismos oficiales, también crecería la combatividad.
Esa violencia que se repitió en la historia política de este país y que sin entrar en mayores detalles es recurrente en el siglo XX desde la Semana Trágica de 1919, pasando por los fusilamientos de la Patagonia en 1921-22; el bombardeo a civiles desarmados en Plaza de Mayo en uno de los intentos golpistas contra el peronismo el 16 de junio de 1955 con un saldo de centenares de muertos, los fusilamientos de la "Revolución Libertadora" en 1956 para aplastar un levantamiento peronista; la fuerte represión para acabar con la toma del frigorífico Lisandro de la Torre en 1959, el comienzo de las desapariciones de militantes populares, desde Felipe Vallese en adelante; la cadena de muertes ocurridas en represiones a manifestaciones estudiantiles y sindicales en el Onganiato; etc.,etc... Todas estas formas de opresión a la voluntad popular generarían una respuesta que en modo alguno podía ser pacífica, mucho menos ante la ausencia de canales institucionales para expresarse. Entonces sería recurrente esa frase que decía que en tanto la violencia de los oprimidos responde a la violencia ejercida por quienes detentan el poder no es violencia sino justicia. Y hasta quienes no compartieron nunca ese camino, pero si fueron formadores de un pensamiento revolucionario, como el padre Mugica, le daban legitimidad a ese camino elegido. Este también sirve para señalar que todas estas acciones pueden tener alguna perspectiva de éxito, así fuere a largo plazo, en tanto no queden desligadas de las masa populares y se convierta puramente en un enfrentamiento de aparatos políticos o político- militares, como podía darse en estos casos.
Sobre el tema de la toma de las armas tambíen se daría un debate entre quienes apoyaban la instalación de un "foco" guerrillero, como inicio para la propagación de los levantamientos populares, a partir del cual se "irradie conciencia revolucionaria";
y quienes apostarían por el "insurrreccionalismo", partiendo de que no puede ser sino un levantamiento colectivo quién lleve a buen término la revolución, alejándose de este modo de quienes entendían que no era una vanguardia quién debía iniciar el camino.


RUPTURAS Y REALINEAMIENTOS.

Para explicar el fenómeno de la "Nueva Izquierda" es pertinente mencionar una serie de factores internacionales que, sumados a los particulares de las Argentina, incidieron para su surgimiento.
Hasta la finalización de la Segunda Guerra Mundial, el movimiento comunista internacional era unicéntrico (Moscú). A partir de diversos hechos pasa a ser multicéntrico : el ascenso del mariscal Tito en Yugoslavia en el inicio de la posguerra, con una posición independiente de la URSS y siendo líder en la conformación del "Movimiento de los No Alineados" mas adelante (Belgrado); la Revolución China comandada por Mao Tse Tung, triunfante tras la "Larga Marcha" en 1948 y que deteriorará sus relaciones con la Unión Soviética tras el proceso de "desestalinización" de Moscú en 1956 (Pekín); la Revolución Cubana liderada por Castro, Guevara y Cienfuegos en 1959 (La Habana); todas ellas rompiendo con la idea trazada desde Moscú por Stalin de "Socialismo en un solo país". Así como también los diferentes Movimientos de liberación Nacional que aportaron otros modelos revolucionarios no comunistas, como el caso de Argelia (independizada en 1962 de Francia).
Con esto, entran en crisis tanto el modelo revolucionario bolchevique (trazado por Lenin en la Rusia de 1917) como el "Socialismo en un solo país",idea seguida aquí a rajatabla por el PC local, que al igual que el resto de la izquierda tradicional entendería que había etapas para cumplir y que no estaban dadas las "condiciones objetivas" para la revolución. Pero además, después del XX Congreso del PCUS (1956), la dirigencia soviética encabezada por Nikita Kruschev (desde la muerte de Stalin en 1953) reconoce los crímenes cometidos durante el mandato stalinista y comienzan a sucederse conflictos por la pauta de la desestalinización. Así se suceden el levantamiento en Hungría (1956), aplastado por las tropas soviéticas; el conflicto URSS - China que se prolongó a mediados de la década del 60; la Revolución Cultural china del mismo período y algo después, durante 1968, la "Primavera de Praga" en Checoslovaquia y el "Mayo francés". De la Unión Soviética surge la "Doctrina Brezhnev" (sucesor de Kruschev, hasta 1982) y la idea de la "coexistencia pacifica" en el mundo bipolar de la Guerra Fría.
Es en este marco que se genera cierta "diversidad revolucionaria" de centros y de modelos. El "Che" Guevara dice entonces que "el deber de todo revolucionario es hacer la revolución" en lugar de seguir lo que durante un largo tiempo habían pregonado los miembros de la izquierda tradicional como paso ineludible : la afiliación al PC.

El Partido Comunista atacó a las posiciones trotskistas y a las emergentes maoístas y frente al fenómeno de la lucha armada mantuvo una postura crítica. Hay que recordar que seguía postulando que la mejor forma para nuestro país era el gabinete cívico-militar. EL PC local, acostumbrado a seguir sin discusiones las directivas del Kremlim, debía acomodarse aun nuevo escenario. Los cambios se harían notar cuando por ejemplo, a mediados de los 60 una reunión de los PC latinoamericanos se traslade de Buenos aires a La Habana y Codovilla, habitual voz cantante de los conclaves anteriores, sea relegado al papel menor de invitado.
Oscar Arévalo, en "El Partido Comunista",dirá sobre los movimientos iniciados en la segunda mitad de los años 50que "en esa mención breve debe incluirse el incremento del maoísmo, con sus posiciones trotsquizantes, analizadas y denunciadas por Vittorio Codovilla. En ese momento se manifestaron intelectuales divisionistas de los PC en varias partes del mundo y particularmente en América Latina. Esta fue otra prueba para la firmeza y cohesión ideológica, puesto salvo un limitado intento fraccional, el PC y la Federación Juvenil Comunista se mantuvieron fieles a los principios del marxismo-leninismo, al movimiento comunista internacional y a la línea política y táctica establecida en sus Congresos".
Ese "limitado intento fraccional" al que se refiere Arévalo escribiendo desde la posición "oficial" del PC es la ruptura que implicó la fundación del Partido Comunista Revolucionario (PCR) en 1968, con orientación maoísta.. Miembros de la Federación Juvenil Comunista (FJC)conformaron a su ida de las estructuras del PC el Comité Nacional de Recuperación Revolucionaria (CNRR) y poco después el PCR "en lucha contra el pacifismo y reformismo del viejo tronco de Codovilla" y aceptando la lucha armada como medio para llegar al poder. Otro dato que pinta la trayectoria de Codovilla es que fue uno de quienes, mandados por el Buró del PCUS, organizó durante la Guerra Civil Española y al interior del bando republicano, la represión violenta sobre anarquistas y trotskistas.
La otra ruptura la promovieron con anterioridad, en 1965, quienes conformaron Vanguardia Revolucionaria, entre los que estaban Juan Carlos Portantiero, J.Aricó, Roberto Quieto y Marcos Osatinsky. Mientras los primeros se alejarían de las posiciones de la guerrilla, los dos últimos serían destacados cuadros, pasando primero por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) de efímera vida e integrado por disidentes del PC y miembros del PSA de Vanguardia y luego siendo parte de la conducción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), ya acercándose al peronismo, para unirse a los Montoneros en la coyuntura electoral de 1973.
Frente a la lucha armada, el PC fue uno de los que tuvo desde la izquierda la posición mas contraria. Arévalo explica que "para completar la batalla ideológica librada en aquellos momentos, es necesario recordar la difusión que tuvieron las concepciones "foquistas" de Regis Debray entre capas pequeño-burguesas e intelectuales de nuestro país, al calor de una interpretación deformada de la Revolución Cubana. Debray presentaba el foco guerrillero como único motor de avance de la conciencia política en su libro "Revolución en la revolución". Estas tesis fueron combatidas desde el punto de vista ideológico y político por el PC, particularmente en un escrito de Rodolfo Ghioldi que tuvo amplia difusión".
El texto se llamaba "No puede haber revolución en la revolución" y Debray es un francés que fue detenido antes de llegar a combatir junto al "Che" Guevara en el fracasado intento de instalar un foco guerrillero en Bolivia, tentativa en la que Guevara terminara asesinado en 1967, y mucho después fue funcionario del gobierno socialista francés. Viene bien la mención de la muerte de Guevara, seguramente el máximo símbolo de las luchas revolucionarias en América, por cuanto su deceso se produjo con anterioridad a todos los lanzamientos de organizaciones armadas con cierto renombre en nuestro país. Y esto no fue freno para los proyectos de esta izquierda revolucionaria ni motivó la revisión de las probabilidades de éxito que pudiera tener el lanzamiento de un "foco" guerrillero en nuestro país. También es cierto que, con la salvedad de la "Compañía de Monte" que el ERP lanzó en Tucumán en 1974, la mayoría de las acciones de la guerrilla en nuestro país fueron urbanas. Lo cual tiene cierta lógica en un país con una alta tasa de población concentrada en las zonas metropolitanas.
Pasará mucho tiempo antes de que el PCA haga una autocrítica cierta de muchas de sus posturas erráticas que se mantuvieron por un largo período, hasta casi el inicio de los 90. En un documento de debate político del Comité Central del Partido Comunista (CCPC) de agosto de 2000 dice "la autocrítica rompió con uno de los valores fundantes del dogmatismo : el de la infalibilidad de las direcciones ... pretendíamos abandonar una larga tradición de confrontación al interior de la izquierda de la que habíamos sido cultores entusiastas". Para ello tuvo que darse entre otras cosas, la caída del "socialismo real " y la desintegración de la Unión Soviética.


Si el marxismo veía al proletariado como sujeto revolucionario, había también quienes, con la misma formación teórica, dudaban de esto. Marxistas que se habían inclinado hacia el trotskismo como Silvio Frondizi o Milciades Peña no entendían que la clase obrera fuera ontologicamente revolucionaria. Es una posición que se daría en cierto sector de la Nueva Izquierda, aunque marginalmente.


Por el lado del socialismo, también habrá numerosas rupturas.
En 1952 se había formado el PSRN, que apoyó al peronismo y en el que militaron Jorge Abelardo Ramos y Nahuel Moreno (seudónimo de Hugo M. Bressano), que venía del trotskista Grupo Obrero Marxista (GOM).
En 1958, Moreno forma "Palabra Obrera" y buscará insertarse en el movimiento obrero, aplicando el "entrismo" en las estructurales sindicales del peronismo, pero sin demasiados resultados relevantes. Cercano a él, aparecían intelectuales como Milciades Peña, que derivaría en posiciones muy contrarias tanto del peronismo como de las corrientes historiográficas tanto del liberalismo como la del revisionismo histórico, considerando que ambas hacían un análisis errático de la conformación social del país. Será uno de quienes defina al peronismo como "bonapartista", interpretación explicada mas adelante.
Abelardo Ramos formará en 1960 el Partido Socialista de la Izquierda Nacional (PSIN) y mas tarde, en 1971, el Frente de Izquierda Popular (FIP), con un derrotero que lo llevaría a ocupar posiciones cercanas a la derecha del movimiento peronista. Ramos fue embajador durante el gobierno menemista. No obstante esto, en las listas para diputados del FIP en las elecciones del 11 de marzo de 1973 aparecía una figura como la de Silvio Frondizi, prestigioso intelectual con una inicial formación en el pensamiento liberal, para luego abrazar el marxismo desde los años 40, en un posicionamiento alejado de la ortodoxia del PCA y también del peronismo, al que también caracterizaba como "bonapartista". Formó el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y condujo al grupo "Praxis",en el que buscaba construir un proyecto político a largo plazo, a partir de una fuerte formación teórica de sus miembros. Ya en sus últimos años se centraría en la defensa de presos políticos del conjunto de la izquierda revolucionaria, y se acercó también a las posturas del Frente Antiimperialista por el Socialismo (FAS), en el que también estaban figuras como Agustín Tosco y Alicia Eguren (la mujer de Cooke), aunque aquel sin pertenencia orgánica, como no la tuvo con partido político alguno. Frondizi fue asesinado por la Triple A en 1974.
En 1958, se creó el Partido Socialista Democrático, liderado por A. Ghioldi, que se ubicaría en la derecha del arco político argentino. En 1968 también, como desprendimiento del PS, nació Vanguardia Comunista (VC), maoístas críticos del foquismo rural En 1972 nació el Partido Socialista Popular (PSP), que con el tiempo tendría su bastión en la provincia de Santa Fe y se había originado en el universitario Movimiento Nacional Reformista
COOKE Y EL PERONISMO REVOLUCIONARIO

La figura de John William Cooke tiene un papel destacado en este surgimiento de la Nueva Izquierda. Quizás el mayor, entre los escasos, teóricos del pensamiento del peronismo revolucionario, Cooke ve marcada su vida por dos hechos y sintetiza casi como nadie esta época. Adherente y militante ferviente del peronismo, adscripción a la que jamás renunció, se inició en el radicalismo y su posición fue virando hasta la izquierda, culminando como un defensor a ultranza de la Revolución Cubana, lo que lo llevó a proponer el camino de una Argentina socialista, cuyo vehículo para tal fin solo podía ser el peronismo como único auténtico movimiento de liberación nacional en la historia del país.
No fue un peronista acrítico, sino todo lo contrario. Nombrado primer delegado personal de Perón, cuando este partió al exilio tras el golpe de 1955, se mantuvo en el cargo un par de años y fue uno de quienes suscribió el pacto por el cual el peronismo apoyó a Arturo Frondizi para las elecciones de 1958. Gestor y promotor inicial de la Resistencia Peronista, fue uno de quienes mas combatió a la ? Libertadora? y al gobierno de A. Frondizi cuando el líder de la Unión cívica radical Intransigente (UCRI) dio la espalda a lo que había pactado y dio luz, entre otras cosas, al Plan Conintes (Conmoción interna del Estado) lo que le permitió encarcelar a miles de activistas de la Resistencia Peronista
La Revolución Cubana promovió en él un cambio que lo llevó, sin abjurar de su peronismo, a proponer el camino revolucionario como el adecuado para la Argentina, aún cuando no se le escapaban las características particulares de nuestro país respecto del modelo cubano.
Veía al peronismo como un movimiento revolucionario, en contraposición a la postura de gran parte de la vieja y de la nueva izquierda. Fue el teórico de del peronismo revolucionario en tiempos en que una de las vías revolucionarias que crecieron entonces, las expresiones armadas, aún estaban en ciernes. En una de las cartas de su famosa correspondencia con Perón, decía (fechado el 14/11/57) "una revolución requiere partido revolucionario, jefes revolucionarios y mito revolucionario, por un lado y la ocasión, por el otro ... nosotros tenemos el jefe revolucionario y el mito revolucionario (Perón). A través de la unificación y la labor organizativa estamos creando la fuerza revolucionaria. Después aprovecharemos la ocasión". Visualizaba entonces al peronismo como un movimiento revolucionario que llevaba a cabo "una guerra prolongada" contra el sistema, por la restauración y extensión de los logros de 1946-55".
A esta posición de Cooke se contraponía tanto la del pensamiento liberal como la de parte dela izquierda. Desde el liberalismo ( PDP Y fracciones conservadoras) como desde una parte importante del radicalismo, el acento se ponía en lo que marcaban como una faceta fuertemente autoritaria y anti-democrática del peronismo con una política basada en la demagogia del líder en su relación con sus simpatizantes, por lo cual era necesario cortar de raíz con las posibilidades de retorno al gobierno de lo que el propio Cooke llamaba "el hecho maldito del país burgués". Desde la izquierda que de a poco iba tomando distancia de los aparatos tradicionales del comunismo y el socialismo, el punto en el que se insistía era que el peronismo era "el último intento de instaurar un capitalismo independiente en el país" y que, si bien había mejorado sensiblemente la forma de vida de los trabajadores, en modo alguno era revolucionario y que, en última instancia, solo les daba a los trabajadores una primera conciencia "economicista", que los limitaba al punto de no permitirles visualizar sus verdaderos intereses históricos en tanto "sujeto revolucionario".En esos términos caracterizó el PRT de Santucho al peronismo en 1971.
Cooke hacía su crítica no tanto específicamente al PCA, a quién no consideraba relevante, sino al conjunto de los partidos políticos latinoamericanos, por entender que sus visiones eran erráticas.. Para el no estaba pendiente lo que los comunistas entendían como "tareas pendientes de la revolución democrático-burguesa", porque esos pasos, aunque Cooke no hablaba en los términos, se habían dado con el peronismo y lo que debía hacerse era mantener lo que se había logrado, extenderlo y profundizarlo.
Ya en junio de 1962 decía "Yo creo que América Latina se emancipará siendo socialista. Que el peronismo, que será el conductor de las liberación argentina, será socialista". Entendía que, aún con todas las diferencias, el movimiento peronista pertenecía a la misma tradición que el liderado por Castro en tanto considerar a ambos movimientos de liberación nacional. No podía considerárselas idénticas, dado que consideraba que la liberación en cada país tenía que asumir una propia fisonomía nacional.
Las diferencias que tenía con Perón recién las explicitó a fines de 1962, pero sin presentarlas como diferencias ideológicas, sino mostrando su visión más radicalizada como un desarrollo lógico de la de Perón. A fines de 1966 le decía en una de sus últimas cartas "creo que mi razón no contradice la suya sino que la traduce en todas sus consecuencias ideológicas, metodológicas y organizativas".Por esos años, Perón comenzará a hacer declaraciones de un tono más radicalizado, que culminarán con la bendición a las "formaciones especiales" (Modo en el que llamaría a las organizaciones armadas vinculadas con el peronismo, aunque sin vínculos orgánicos hasta varios años después, con las elecciones de 1973 a la vista)
En cuanto a la cuestión de la lucha armada, Cooke enfatizaba que necesitaba ser coordinada con las luchas de masas, veía a la clase trabajadora como la mayor fuerza revolucionaria del país y comprendía que los marxistas no podían simplemente ignorar al peronismo. Entendía la utilidad del "foco" al comienzo de las acciones revolucionarias para que las masas vieran la revolución como una posibilidad real, concepción idéntica a la que había tenido en los inicios de la Resistencia, aún cuando no se tratara de acciones militares, tales como la toma de fábricas, los actos callejeros "relámpago", etc..
Descartaba la idea de una revolución pacífica y decía que "lo que hay que resolver es sí se ha de oponer a la violencia de los opresores la violencia liberadora de los oprimidos". Esta línea argumental, legitimadora de las acciones armadas, pronto se difundiría entre los grupos radicalizados provenientes del catolicismo, por un lado el Movimiento de los sacerdotes para el tercer mundo (MSTM) y por otro, el sector de Montoneros que provenía del catolicismo en la Capital Federal y en Santa Fe.
Cooke murió, aquejado de una enfermedad cerebral, en 1968, justamente el mismo día en que era abortado el intento de instalación de un foco guerrillero en Taco Ralo (provincia de Tucumán) por miembros de las nacientes Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), con muchos de sus integrantes provenientes de la primer Juventud Peronista y que luego formarían el Peronismo de Base (PB). Su última construcción política fue la Acción Revolucionaria Peronista (ARP),en la que continuaría Alicia Eguren, su esposa asesinada por el Proceso de Reorganización Nacional.
EL NUEVO SINDICALISMO Y LOS MOVIMIENTOS ECLESIASTICOS

Otra cara de esta Nueva Izquierda fueron los nuevos movimientos sindicales y eclesiásticos surgidos por esos años.

En cuanto a lo ocurrido en el plano sindical se destacaron especialmente la experiencia de la CGT de los Argentinos y la corriente clasista, que tenía fuerza mayor en los sindicatos metalmecánicos y de energia eléctrica de Córdoba.
La CGT de los Argentinos se forma en 1968 y es liderada por Raimundo Ongaro (de la Federación Gráfica Bonaerense). Cuando aún la CGT aún estaba unificada, la corriente de Ongaro se presentaba como combativa ante el sector de Vandor y de los participacionistas, que se habían vinculado estrechamente al Onganiato en los comienzos de la "Revolución Argentina". En la puja por el control de la central sindical, los "combativos" habían ganado espacio, al punto de pelear la conducción y hacer prevalecer sus posturas en los congresos. En esta situación, la conducción que estaba instalada decide no ceder terreno y la CGT se divide en dos, ambas con clara preminencia de sectores peronistas.
Lo que diferenciaba a la CGT de los Argentinos es su enfrentamiento abierto con el gobierno dictatorial. Desde su periódico "CGT", dirigido por Rodolfo Walsh (quién luego se vincularía a los Montoneros), denunciaba los tratos del gobierno con las multinacionales y los manejos de la "burocracia sindical" teniendo como principal rival allí a Augusto Vandor, que moriría en su propio despacho, al año siguiente, baleado por un grupo guerrillero luego anexado a los montoneros. Si bien en un momento Perón había dado mayor vuelo a la propuesta de la CGTA, luego volvió a darle entidad a la otra corriente.
Los sucesos del "Cordobazo",en la última semana de mayo de 1969 permitieron, entre otras cosas, fortalecer los lazos entre la CGTA y los sindicatos cordobeses que, sin pertenecer al peronismo, compartían el enfrentamiento franco con las políticas de la dictadura instalada en 1966.
El "clasismo" dice Brennan en su libro sobre el Cordobazo y las luchas obreras en Córdoba, representó "el intento de los trabajadores de romper con el estilo gremial que había surgido con el vandorismo y afirmar cierto grado de control en la fábrica. Daniel James señala que la contradicción entre la experiencia de la vida real de la clase obrera después de la Resistencia, particularmente en el lugar de trabajo, y el compromiso del peronismo con la justicia social, no era tan grande. Era normal que la clase obrera siguiera identificándose mayoritariamente con el peronismo, dado el momento de proscripción del movimiento y la incansable hostilidad de ciertos sectores de poder hacia él. Así como los clasistas, en alguna medida, subestimaron la profundidad de la lealtad peronista en las bases; en parte del vandorismo se subestimó un poco la capacidad de organización del clasismo".
Mas allá de las diferencias del "clasismo" con el peronismo, sindicalistas de una y otra parte llevaron a cabo un interesante trabajo en conjunto, en especial en Córdoba. En la provincia confluían Agustín Tosco (de formación marxista y Secretario general de la seccional local de Luz y Fuerza), René Salamanca (del SMATA cordobés y también marxista) con peronistas como Atilio López (que fuera candidato a vicepresidente acompañando a la formula para gobernador a Ricardo Obregón cano por el FREJULI en 1973) o Elpidio Torres. Si bien todos ellos saltan a un mayor conocimiento público a partir del Cordobazo, luego del cual algunos son condenados a prisión por su participación, llevaban ya varios años de intensa labor gremial y justamente uno de los mayores secretos de su crecimiento estuvo en privilegiar la consigna de unidad del movimiento obrero frente a la dictadura, antes que las pertenencias individuales.
Tosco es el paradigma de esto. Respetado por unos y por otros, ya a los 20 años era delegado de fábrica. En la primera fila de las manifestaciones de oposición a los regímenes represivos, jamás dejó su puesto de trabajo y en pos de no romper esa unidad del movimiento obrero por la que luchaba rechazó las varias ofertas que tuvo para presentarse para competir electoralmente. La última de ellas fue la que le propuso Mario Roberto Santucho, el histórico líder del PRT-ERP (Partido Revolucionario de los Trabajadores- Ejército Revolucionario del Pueblo) para que fuera candidato a presidente por el FAS, el frente político dominado por los perretistas, cuando Perón ganó la tercera presidencia con un apoyo popular del 62% de los votos. Tosco, crítico del peronismo, sí tenía claro lo que era para gran parte de los trabajadores argentinos y desestimó la posibilidad de enfrentarlo. Nacido en Córdoba en 1930, murió en 1975 por enfermedad.
El término "clasista" sería utilizado por los grupos de izquierda para indicar un programa de cambio revolucionario en alianza con la clase obrera. Pero no toda la izquierda adhería a el. La estrategia electoralista del PCA lo hizo inicialmente hostil a estos movimientos y prefirió alinearse en algún momento con los independientes de Tosco y en lo nacional auspiciaba el Movimiento de Unidad y Coordinación Sindical (MUCS), expresión de los sindicatos no peronistas. Para otros partidos de izquierda surgidos en aquel momento, como el PCR, Vanguardia Comunista (VC) o el PRT, la definición de sí mismos como clasistas definiría en lo sucesivo su relación con el movimiento de los trabajadores y su visión del rol de la clase obrera en un proyecto socialista revolucionario.
El Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM) se conformó en 1968,al calor dela Teología de la liberación y de las implicancias de la encíclica papal ?Populorum Progresso? de inicios de los años 60 donde se hacía plausible cierta necesidad de mayor compromiso de la Iglesia con los desposeídos. En la tradicionalmente conservadora Iglesia Católica argentina nunca tuvo un eco mayoritario, pero el caso del MSTM es destacable porque su acción se reflejó en un trabajo social importante en zonas empobrecidas y contribuyó a la radicalización política de parte de la juventud que se volcó a la acción directa.

En lo que refiere a losa movimientos eclesiásticos, se destacó el surgimiento del citado MSTM, aún cuando su posición en el conjunto de la Iglesia Católica argentina fuera minoritaria. La influencia de los religiosos en la formación de quienes posteriormente integraron organizaciones guerrilleras es evidente en el caso de los primeros núcleos de Montoneros, algunos de cuyos primeros integrantes habían misionado junto al padre Carlos Múgica en 1966. Múgica, asesinado por la Triple A en 1974, expresó el compromiso de ese sector de los eclesiásticos que se comprometió profundamente con el pueblo, aún sabiendo el riesgo que corría. Al respecto, expresaba que por sus objetivos de justicia social (que veía vehiculizados políticamente en el peronismo) era capaz de morir, pero no de matar.
Un vehículo de expresión de esto fue la revista "Cristianismo y Revolución", que apareció entre 1966 - 71. Vale mencionar que en esa época había una profusión de medios gráficos que expresaban las distintas vertientes de esta "Nueva Izquierda", tal como "Pasado y Presente", "Antropología del Tercer Mundo" o"Nuevo Hombre".
Es importante señalar la diferenciación que se hacía entre la figura de Cristo y la Iglesia local. M. Santucho en una carta que le escribe a un hermano suyo volcado a la religión, le decía "Jesús destruía falsas verdades ... señalaba la injusticia de las desigualdades ... creo que un buen cristiano debe procurar imitarlo. Imitarlo significa precisamente tener su misma actitud. Crítica. Creadora. Profundamente histórica. Reivindicadora". Allí mismo hace la crítica a esa Iglesia conservadora que, en vez de luchar por acabar con las desigualdades, argumenta sobre el origen divino de las mismas. El líder del PRT-ERP acusa a esa jerarquía que no compartía la elección de los curas tercermundistas de ser aliada del privilegio, conservadora, estática, deformadora de las mentes y de oponerse a las reivindicaciones de los pobres.



LAS ORGANIZACIONES ARMADAS


Seguramente, la aparición de una cantidad de organizaciones guerrilleras es una de las características distintivas de este período y en especial del conjunto de lo que se denomina como "Nueva Izquierda". Lo que sigue es una caracterización breve de los distintos grupos, divididos básicamente entre quienes se ligaron al peronismo y quienes no.

El punto de partida puede ubicarse en los finales de los 50´, cuando los Uturuncos se lanzaron a instalar en el Norte el primer foco y fueron rápidamente detenidos. Reivindicaban al peronismo. La segunda experiencia fue la de Jorge Ricardo Masetti, que tras vivir en Cuba los comienzos del gobierno de la Revolución y cofundar junto a otros periodistas como Rodolfo Walsh y Rogelio García Lupo la agencia de noticias "Prensa Latina" en La Habana en 1960, ideó el Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP) para comenzar a actuar en Salta. Desarticulado el grupo, Masetti desapareció en la selva de esa provincia y no se volvieron a tener noticias suyas. Podría considerarse a estos dos casos como la "prehistoria" de los movimientos guerrilleros en nuestro país.

Es a partir de la instauración de la dictadura de la "Revolución Argentina" y en un clima que combinaba la referencia de las revoluciones en Cuba y China, la liberación de Argelia y la guerra de Vietnam con la proscripción del peronismo y las limitaciones a la actividad política; que se comienzan los preparativos para distintas experiencias de lucha armada.
Mas allá de las diferencias señaladas y que partían básicamente de la valoración positiva o negativa que cada uno de los grupos hiciera del peronismo y desde allí considerarlo o no vehículo para la liberación nacional, antes que la distinción pertinente entre organizaciones armadas peronistas y no peronistas, cabe precisar los puntos de coincidencia.
Desde ya, la elección del camino de las armas como medio para la consecución de sus objetivos políticos, sosteniendo de principio a fin la cita de que "el poder político brota de la boca de un fusil". Compartían, además, el objetivo lejano y final, la construcción del socialismo, pensado entonces como el máximo estadio de bienestar popular. La estrategia para la toma del poder también era común : "la guerra popular prolongada", en el caso de los Montoneros asumida como estrategia de "guerra popular" a partir de 1971 y en el guevarista ERP a partir de las definiciones del Quinto Congreso en 1970. Los enemigos señalados eran parecidos: los monopolios nacionales y extranjeros y las Fuerzas Armadas, aunque en algunos casos se considerará la posibilidad de cambiarlas desde adentro. Todos anteponían la práctica a la teoría y no precisamente porque adolecieran de formación en ese plano, sino porque el crecimiento de la lucha armada se entendía como foco irradiador de conciencia. Así se ofrecían como herramienta superadora de la espontaneidad de las masas, que como señala J. Gasparini en su libro "Montoneros, final de cuentas" (Puntosur, 1988 ) era considerada "ese reverso negativo de las explosiones insurreccionales que impedía remontar la insuficiencia de las "condiciones subjetivas" para poder enlazarse con las "condiciones objetivas" estas sí maduras". Finalmente, en lo organizacional se rigieron por organigramas de funcionamiento interno muy parecidos : conducción centralizada y verticalismo en la compartimentación celular.

Es clave la caracterización del peronismo. Para entender porque había diferencias difíciles de solucionar entre unos y otros, vale citar un texto titulado "El peronismo" en el que firmaba un destacado cuadro del PRT bajo el seudónimo de Julio Parra.
En su conclusión general decía "Nosotros creemos que el peronismo fue un movimiento histórico que intentó un proyecto de desarrollo capitalista independiente, a través de un gobierno bonapartista que contribuía a la clase obrera para apoyarse en ella".Varios elementos pueden destacarse de esta consideración. La visión de que "fue" un movimiento histórico, por tanto con un proyecto agotado; y la evaluación de "bonapartista". El PRT sostenía que la causa de su surgimiento era "la crisis de viejas estructuras de la sociedad capitalista con un proletariado inmaduro". O la inmadurez de la clase obrera argentina como causa madre del peronismo.
La caracterización de "bonapartista" hablaría del caso de un gobernante que "no está comprometido con ningún sector en particular pero que está interesado en defenderlos a todos, en la medida en que se apoya en un órgano del sistema, como es el ejército o el aparato del Estado en general". Hacen la analogía entre Luis Bonaparte y Perón, para cuya consideración no parecían tener en cuenta claras diferencias entre una situación y otra como la forma muy distinta en que uno y otro había llegado a ocupar el poder político, que las características de la estructura social de Francia a mediados del siglo XIX poco tenían en común con la Argentina de 1945 y que la acumulación de poder gestada por Perón era fruto de una interlocución constante con los trabajadores, reconocidos por primera vez en la historia nacional como factor importante. En el texto se reconoce que se le otorgaron a los obreros "sentidas conquistas" pero estructurando al mismo tiempo un tipo de movimiento obrero "que le permitía contener ala clase, impedir que pueda luchar por sus propios intereses históricos, es decir por el socialismo". El peronismo habría oficiado así como freno para una verdadera concientización de los trabajadores, cegándolos de sus objetivos verdaderos.
Profundizando en esto, decía que "apoyado en la prosperidad coyuntural pretendía eliminar la lucha de clases, "equilibrar" las fuerzas de la burguesía, el imperialismo y la clase obrera constituyéndose en arbitro de todas las decisiones ... Perón era nacionalista, aspiraba a un desarrollo capitalista independiente de nuestro país. La limitación era precisamente su carácter burgués, en condiciones de existencia del imperialismo y del mercado mundial controlado por éste".
Al análisis no se le escapaba la profunda inserción del peronismo en la clase obrera. Comenzando con la cita de Marx en cuanto a que "la lucha de clases es el motor de la historia" y asegurando que no puede ser detenida con un simple juego de contrapesos políticos y económicos, el 17 de Octubre es evaluado como el momento en el que la clase obrera ingresa a la arena política volcándose "a las calles de Buenos Aires y algunas ciudades del interior". Aún cuando se insistía en que no habían luchado aún por sus "verdaderos intereses históricos" dice que "penetra profundamente en las filas peronistas y coloca su sello en muchas medidas del gobierno bonapartista".

El PRT-ERP, la principal organización guerrillera no peronista que surgió en nuestro país, tiene en sus orígenes marcado el tema de la posición de la izquierda frente a la lucha armada.
El PRT es fundado en 1965, de la confluencia entre el Frente Revolucionario Indoamericano Popular (FRIP),de los hermanos Santucho desde Santiago del Estero y Palabra Obrera. Ligado a la IV Internacional Trotskista, el PRT se fracturó en 1968, fruto de posiciones divergentes sobre la conveniencia de tomar las armas. El grupo de Santucho formará el PRT- El Combatiente y dará origen en 1970 a la organización político-militar PRT-ERP, que posteriormente romperá con la Internacional trotskista y se acercará al marxismo-leninismo. En 1972 sufrirá dos escisiones: una fracción que, properonista, conforma el "ERP 22 de Agosto" y acaba en Montoneros y otra, la "Fracción Roja" de Joe Baxter, con posiciones ultratrotskistas.
La gente de Palabra Obrera hará el PRT - La Verdad y propulsará la lucha en el plano sindical, interpretando que "el Che fue derrotado porque su movimiento se basaba en la clase media desesperada y los lumpenes". En 1972, junto a una fracción del PSA, liderada por Juan Carlos Coral, dan lugar al Partido Socialista de los Trabajadores (PST) y se presentan en las elecciones del año siguiente.
Otras guerrillas no peronistas fueron las Fuerzas Armadas de liberación, integrada por disidentes del Partido Comunista y del Partido Comunista Revolucionario, iniciando su actividad en 1969 y cuyos integrantes fueron mayormente al ERP. Así como los Comandos Populares de Liberación (CPL), desde 1969 y con procedencias del peronismo, el trotskismo y el comunismo, que se definían como marxistas.

Entre las organizaciones armadas peronistas estaban : las FAP antes mencionadas, liderada por Envar El Kadri, Amanda Peralta y Nestor Verdinelli; los "Descamisados", dirigidos por Dardo Cabo y que en 1972 se integraron a los Montoneros; las "Fuerzas Armadas Revolucionarias" (FAR) donde confluyeron disidentes antiguos del PSA de Vanguardia (PSAV) y el PCA con peronistas, cuyos lideres fueron Carlos Olmedo (muerto tempranamente en 1971) y Roberto Quieto, que desde una formación marxista reivindicaban el retorno de Perón y la historia del peronismo y se unificaron con los Montoneros en 1972 -73 y la mas trascendente de todas ellas, los Montoneros.
Montoneros aparece en la escena nacional en 1970 con el secuestro del ex presidente de facto Gral(RE) Pedro E. Aramburu, que es "ajusticiado" poco después. En los comunicados referentes a dicha acción, la nueva organización se declara peronista. Tenían en su primer núcleo a jóvenes procedentes de la Juventud Estudiantil Católica, como Mario Eduardo Firmenich, Gustavo Ramus o Fernando Abal Medina (este último hermano de quién fuera secretario General del Movimiento Nacional Justicialista en 1972-73); de los Comandos Camilo Torres, del Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara (MNRT) y de la Tendencia Revolucionaria del peronismo que lideraba el mayor Bernardo Alberte (ex delegado de Perón), así como obreros como el cordobés José Sabino Navarro o Norma Arrostito, que llegaba tras su militancia juvenil en el PCA. Tendrían un espectacular crecimiento hasta las elecciones de marzo de 1973, cuando por las listas del FREJULI ingresen al Congreso ocho diputados de la JP que los montoneros hegemonizaban. La presencia de sus organizaciones de superficie, aquellas que, a diferencia de sus estructuras clandestinas con compartimentación en células, actuaban políticamente aprovechando los espacios de la legalidad (Juventud Universitaria Peronista, Juventud Trabajadora Peronista) en las manifestaciones era multitudinaria. Bajo la denominación "Montoneros" confluirían quienes venían del ERP 22 de Agosto, de Descamisados y de las FAR.

Sandino - Manifiesto - 1927

MANIFIESTO

A los Nicaragüenses, a los Centroamericanos, a la Raza Indohispana:

El hombre que de su patria no exige un palmo de tierra para su sepultura, merece ser oído, y no sólo ser oído sino también creído.

Soy nicaragüense y me siento orgulloso de que en mis venas circule, mas que cualquiera, la sangre india americana que por atavismo encierra el misterio de ser patriota leal y sincero.
El vínculo de nacionalidad me da derecho a sumir la responsabilidad de mis actos en las cuestiones de Nicaragua y, por ende, de la América Central y de todo el Continente de nuestra habla, sin importarme que los pesimistas y los cobardes me den el título que a su calidad de eunucos más les acomode.

Soy trabajador de la ciudad, artesano como se dice en este país, pero mi ideal campea en un amplio horizonte de internacionalismo, en el derecho de ser libre y de exigir justicia, aunque para alcanzar ese estado de perfección sea necesario derramar la propia y la ajena sangre. Que soy plebeyo dirán los oligarcas o sean las ocas del cenagal.

No importa: mi mayor honra es surgir del seno de los oprimidos, que son el alma y el nervio de la raza, los que hemos vivido postergados y a merced de los desvergonzados sicarios que ayudaron a incubar el delito de alta traición: los conservadores de Nicaragua que hirieron el corazón libre de la Patria y que nos perseguían encarnizadamente como si no fuéramos hijos de una misma nación.

Hace diecisiete años Adolfo Díaz y Emiliano Chamorro dejaron de ser nicaragüenses, porque la ambición mató el derecho de su nacionalidad, pues ellos arrancaron del asta la bandera que nos cubría a todos los nicaragüenses. Hoy esa bandera ondea perezosa y humillada por la ingratitud e indiferencia de sus hijos que no hacen un esfuerzo sobrehumano para libertarla de las garras de la monstruosa águila de pico encorvado que se alimenta con la sangre de este pueblo, mientras en el Campo Marte de Managua flota la bandera que representa el asesinato de pueblos débiles y enemiga de nuestra raza e idioma.

¿Quiénes son los que ataron a mi patria al poste de la ignominia? Díaz y Chamorro y sus secuaces que aún quieren tener derecho a gobernar esta desventurada patria, apoyados por las bayonetas y las Springfield del invasor.

¡No! ¡Mil veces no!

La revolución liberal está en pie. Hay quienes no han traicionado, quienes no claudicaron ni vendieron sus rifles para satisfacer la ambición de Moncada. Está en pie y hoy más que nunca fortalecida, porque sólo quedan en ella elementos de valor y abnegación.

Si desgraciadamente Moncada el traidor faltó a sus deberes de militar y de patriota, no fue porque la mayoria de los Jefes que formabamos en la Legion del Ejercito Liberal fueramos analfabetas, y que pudiera, por ese motivo, imponernos como emperador su desenfrenada ambicion. En las filas del liberalismo hay hombres conscientes que saben interpretar los deberes que impone el honor militar, asi como el decoro nacional, supuesto que el Ejercito es la base fundamental en que descansa la honra de la Patria, y por lo mismo no puede personalizar sus actos porque faltaria a sus deberes.

Yo juzgo a Moncada ante la Historia y ante la Patria como un desertor de nuestras filas, con el agravante de haberse pasado al enemigo

Nadie lo autorizo a que abandonara las filas de la revolucion para que celebrar tratados secretos con el enemigo, mayormente con los invasores de mi Patria. Su jerarquia le obligaba a morir como hombre antes que aceptar la humillacion de su Patria, de su Partido y de sus correligionarios.

¡Crimenes imperdonables que reclama la vindicta!

Los pesimistas dirán que soy muy pequeño para la obra que tengo emprendida; pero mi insignificancia está sobrepujada por la altivez de mi corazón de patriota, y así juro ante la Patria y ante la historia que mi espada defenderá, el decoro nacional y que será redención para los oprimidos.

Acepto la invitación a la lucha y yo mismo la provoco y al reto del invasor cobarde y de los traidores de mi Patria, contesto con mi grito de combate y mi pecho y el de mis soldados formarán murallas donde se lleguen a estrellar legiones de los enemigos de Nicaragua. Podrá morir el último de mis soldados, que son los soldados de la libertad de Nicaragua, pero antes, más de un batallón de los vuestros, invasor rubio, habrán mordido el polvo de mis agrestes montañas.

No seré Magdalena que de rodillas implore el perdón de mis enemigos, que son los enemigos de Nicaragua, porque creo que nadie tiene derecho en la tierra a ser semidiós.

Quiero convencer a los nicaragüenses fríos, a los centroamericanos indiferentes y a la raza indohispana, que en una estribación de la cordillera andina, hay un grupo de patriotas que sabrán luchar y morir como hombres, en lucha abierta, defendiendo el decoro nacional.

Venid, gleba de morfinómanos; venid a asesinarnos en nuestra propia tierra, que yo os espero a pie firme al frente de mis patriotas soldados, sin importarme el número de vosotros; pero tened presente que cuando esto suceda, la destrucción de vuestra grandeza trepidará en el Capitolio de Washington, enrojeciendo con vuestra sangre la esfera blanca que corona vuestra famosa White House, antro donde maquináis vuestros crímenes.

Yo quiero asegurar a los Gobiernos de Centro América, mayormente al de Honduras, que mi actitud no debe preocuparle, creyendo que porque tengo elementos más que suficientes, invadiría su territorio en actitud bélica para derrocarlo. No. No soy un mercenario sino un patriota que no permite un ultraje a nuestra soberanía.

Deseo que, ya que la naturaleza ha dotado a nuestra patria de riquezas envidiables y nos ha puesto como el punto de reunión del mundo y que ese privilegio natural es el que ha dado lugar a que seamos codiciados hasta el extremo de querernos esclavizar, por lo mismo anhelo romper la ligadura con que nos ha atado el nefasto chamorrismo.

Nuestra joven patria, esa morena tropical, debe ser la que ostente n su cabeza el gorro frigio con el bellísimo lema que simboliza nuestra divisa Rojo y Negro y no la violada por aventureros morfinómanos yankees traídos por cuatro esperpentos que dicen haber nacido aquí en mi Patria.

El mundo sería un desequilibrado permitiendo que sólo los Estados Unidos de Norte América sean dueños de nuestro Canal, pues sería tanto como quedar a merced de las decisiones del Coloso del Norte, de quién tendría que ser tributario; los absorbentes de mala fe, que quieren aparecer como dueños sin que justifiquen tal pretensión.

La civilización exige que se abra el Canal de Nicaragua, pero que se haga con capital de todo el mundo y no sea exclusivamente de Norte América, pues por lo menos la mitad del valor de las construcciones deberá ser con capital de la América Latina y la otra mitad de los demás países del mundo que desean tener acciones en dicha empresa, y que los Estados Unidos de Norte América sólo pueden tener los tres millones que les dieron a los traidores Chamorro, Díaz y Cuadra Pasos; y Nicaragua, mi Patria, recibirá los impuestos que en derecho y justicia le corresponden, con lo cual tendríamos suficientes ingresos para cruzar de ferrocarriles todo nuestro territorio y educar a nuestro pueblo en el verdadero ambiente de democracia efectiva, y asimismo seamos respetados y no nos miren con el sangriento desprecio que hoy sufrimos.

Pueblo hermano:

Al dejar expuestos mis ardientes deseos por la defensa de la Patria, os acojo en mis filas sin distinción de color político, siempre que vengais bien intencionados para defender el decoro nacional, pues tened presente que a todos se puede engañar con el tiempo, pero con el tiempo no se puede engañar a todos.
Mineral de San Albino, Nueva Segovia, Nicaragua, C. A., Julio 1 de 1927.


Patria y Libertad
A. C. Sandino

Programa del Primero de Mayo de 1968 - CGT de los Argentinos

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Mensaje a los trabajadores y el pueblo - Mayo de 1968

Programa del 1º de Mayo
1.
Nosotros, representantes de la C. G. T. de los Argentinos, legalmente constituida en el congreso normalizador Amado Olmos, en este Primero de Mayo nos dirigimos al pueblo.
Los invitamos a que nos acompañen en un examen de conciencia, una empresa común y un homenaje a los forjadores, a los héroes y los mártires de la clase trabajadora.
En todos los países del mundo ellos han sellado el camino de la liberación. Fueron masacrados en oscuros calabozos como Felipe Vallese, cayeron asesinados en los ingenios tucumanos, como Hilda Guerrero. Padecen todavía en injustas cárceles.
En esas luchas y en esos muertos reconocemos nuestro fundamento, nuestro patrimonio, latierra que pisamos, la voz con que queremos hablar, los actos que debemos hacer: esa gran revolución incumplida y traicionada pero viva en el corazón de los argentinos.

2.
Durante años solamente nos han exigido sacrificios. Nos aconsejaron que fuésemos austeros: lo hemos sido hasta el hambre. Nos pidieron que aguantáramos un invierno: hemos aguantado diez. Nos exigen que racionalicemos: asívamos perdiendo conquistas que obtuvieron nuestros abuelos. Y cuando no hay humillación que nos falte padecer ni injusticia que reste cometerse con nosotros, se nos pide irónicamente que "participemos".
Les decimos: ya hemos participado, y no como ejecutores sino como víctimas en las persecuciones, en las torturas, en las movilizaciones, en los despidos, en las intervenciones, en los desalojos.
No queremos esa clase de participación.
Un millón y medio de desocupados y subempleados son la medida de este sistema y de este Gobierno elegido por nadie. La clase obrera vive su hora más amarga. Convenios suprimidos, derechos de huelga anulados, conquistas pisoteadas, gremios intervenidos, personerías suspendidas, salarios congelados.
La situación del país no puede ser otra que un espejo de la nuestra. El índice de mortalidadinfantil es cuatro veces superior al de los países desarrollados, veinte veces superior en zonas de Jujuy donde un niño de cada tres muere antes de cumplir un año de vida. Más de la mitad de la población esta parasitada por la anquilostomiasis en el litoral norteño; el cuarenta por ciento de los chicos padecen de bocio en Neuquén; la tuberculosis y el mal de Chagascausan estragos por doquier. La deserción escolar en el ciclo primario llega al sesenta por ciento; al ochenta y tres por ciento en Corrientes, Santiago del Estero y el Chaco; las puertas de los colegios secundarios están entornadas para los hijos de los trabajadores y definitivamente cerradas las de la Universidad.
La década del treinta resucita en todo el país con su cortejo de miseria y de ollas populares. Cuatrocientos pesos son un jornal en los secaderos de yerba, trescientos en los obrajes, en los cañaverales de Tucumán se olvida ya hasta el aspecto del dinero.
A los desalojos rurales se suma ahora la reaccionaria ley de alquileres, que coloca a decenas de miles de comerciantes y pequeños industriales en situación de desalojo, cese de negocios y aniquilamiento del trabajo de muchos años.
No queda ciudad en la República sin su cortejo de villas miserias donde el consumo de agua y energía eléctrica es comparable al de las regiones interiores del Africa. Un millón de personas se apiñan alrededor de Buenos Aires en condiciones infrahumanas, sometidas a un tratamiento de gheto y a las razzias nocturnas que nunca afectan las zonas residenciales donde algunos "correctos" funcionarios ultiman la venta del país y donde jueces "impecables" exigen coimas de cuarenta millones de pesos.
Agraviados en nuestra dignidad, heridos en nuestros derechos, despojados de nuestras conquistas, venimos a alzar en el punto donde otros las dejaron, viejas banderas de la lucha.

3.
Grandes países que salieron devastados de la guerra, pequeños países que aun hoy soportan invasiones e implacables bombardeos, han reclamado de sus hijos penurias mayores que las nuestras.
Si un destino de grandeza nacional, si la defensa de la patria, si la definitiva liquidación de las estructuras explotadoras fuesen la recompensa inmediata o lejana de nuestros males, queduda cabe de que los aceptaríamos en silencio? Pero no es así. El aplastamiento de la clase obrera va acompañado de la liquidación de la industria nacional, la entrega de todos los recursos, la sumisión a los organismos financieros internacionales. Asistimos avergonzados a laculminación, tal vez el epilogo de un nuevo periodo de desgracias.
Durante el ano 1967 se ha completado prácticamente la entrega del patrimonio económico del país a los grandes monopolios norteamericanos y europeos. En 1958 el cincuenta y nueve por ciento de lo facturado por las cincuenta empresas más grandes del país corresponda a capitales extranjeros;en 1965 esa cifra ascendía al sesenta y cinco por ciento; hoy se puede afirmar que tres cuartas partes del gran capital invertido pertenece a los monopolios. La empresa que en 1965 alcanzó la cifra más alta de ventas en el país, en 1968 ha dejado de ser argentina. La industria automotriz esta descoyuntada, dividida en fragmentos que han ido a parar uno por uno a los grupos monopolistas. Viejas actividades nacionales como la manufactura de cigarrillos pasaron en bloque a intereses extranjeros. El monopolio norteamericano del acero esta a punto de hacer su entrada triunfal. La industria textil y la de la alimentación están claramente penetradas y amenazadas.
El método que permitió este escandaloso despojo no puede ser más simple. El gobierno que surgió con el apoyo de las fuerzas armadas, elegido por nadie, rebaja los aranceles de importación, los monopolios aplicaronla ley de la selva -el dumping-, los fabricantes nacionales, hundieronse. Esos mismos monopolios, sirviendose de bancos extranjeros ejecutaron luego a los deudores, llenaron de créditos a sus mandantes que con dinero argentino compraron a precio de bancarrota las empresas que el capital yel trabajo nacional habían levantado en años de esfuerzo y sacrificio.
Este es el verdadero rostro de la libre empresa, de la libre entrega, filosofa oficial del régimen por encima de ilusorias divisiones entre "nacionalistas"y "liberales", incapaces de ocultar la realidad de fondo que son los monopolios en el poder.
Este poder de los monopolios que con una mano aniquila a la empresa privada nacional, con la otra amenaza a las empresas del Estado donde la racionalización no es más que el prologo de la entrega, y anuda los últimos lazos de la dependencia financiera. Es el Fondo Monetario Internacional el que fija el presupuesto del país y decide si nuestra moneda se cotiza o no en los mercados internacionales. Es el Banco Mundial el que planifica nuestras industrias claves. Es el Banco Interamericano de Desarrolloel que indica en que países podemos comprar. Son las compañías petroleras las que cuadriculan el territorio nacional y sus mares aledaños con el mapa de sus inicuas concesiones. El proceso de concentración monopolista desatado por el gobierno no perdona un solo renglón de la actividad nacional. Poco más y só1o faltara desnacionalizar la tradición argentina y los museos.
La participación que se nos pide es, además de la ruina de la clase obrera, el consentimiento de la entrega. Y eso no estamos dispuestos a darlo los trabajadores argentinos.

4.
La historia del movimiento obrero, nuestra situación concreta como clase y la situación del país nos llevan a cuestionar el fundamento mismo de esta sociedad: la compraventa del trabajo y la propiedad privada de los medios de producción.
Afirmamos que el hombre vale por sí mismo, independientemente de su rendimiento. No se puede ser un capital que rinde un interés, como ocurre en una sociedad regida por los monopolios dentro de la filosofía libreempresista. El trabajo constituye una prolongación de la persona humana, queno debe comprarse ni venderse. Toda compra o venta del trabajo es una forma de esclavitud.
La estructura capitalista del país, fundada en la absoluta propiedad privada de los medios de producción, no satisface sino que frustra las necesidades, colectivas, no promueve sino que traba el desarrollo individual. De ella no puede nacer una sociedad justa ni cristiana.
El destino de los bienes es servir a la satisfacción de las necesidades de todos los hombres. En la actualidad prácticamente todos los bienes se hallan apropiados, pero no todos los hombres pueden satisfacer ijus necesidades: el pan tiene dueño pero un dueño sin hambre. He aquí al descubierto la barrera que separa las necesidades humanas de los bienes destinados a satisfacerlas: el derecho de propiedad tal como hoy es ejercido.
Los trabajadores de nuestra patria, compenetrados del mensaje evangélico de que los bienes no son propiedad de los hombres sino que los hombres deben administrarlos para que satisfagan las necesidades comunes, proclamamos la necesidad de remover afondo aquellas estructuras.
Para ello retomamos pronunciamientos a históricos de la clase obrera argentina, a saber:



La propiedad solo debe existir en función social.



Los trabajadores, auténticos creadores del patrimonio nacional, tenemos derecho a intervenir no so1o en la producción sino en la administración de las empresas y la distribución de los bienes.



Los sectores básicos de la economía pertenecen a la Nación. El comercio exterior, los bancos, el petróleo, la electricidad, la siderurgia ylos frigoríficos deben ser nacionalizados.



Los compromisos financieros firmados a espaldas del pueblo no pueden ser reconocidos.



Los monopolios que arruinan nuestra industria y que durante largos años nos han estado despojando, deben ser expulsados sin compensación de ninguna especie.



Só1o una profunda reforma agraria, con las expropiaciones que ella requiera, puede efectivizar el postulado de que la tierra es de quien la trabaja.



Los hijos de obreros tienen los mismos derechos a todos los niveles de la educación que hoy gozan solamente los miembros de las clases privilegiadas.


A los que afirman que los trabajadores deben permanecer indiferentes al destino del país y pretenden que nos ocupemos solamente de problemas sindicales, les respondemos con las palabras de un inolvidable compañero, Amado Olmos, quien días antes de morir, desentraño para siempre esa farsa:
El obrero no quiere la solución por arriba, porque hace doce años que la sufre y no sirve. El trabajador quiere el sindicalismo integral, que se proyecta hacia el control del poder, que asegura en función de tal el bienestar del pueblo todo. Lo otro es el sindicalismo amarillo, imperialista, que quiere que nos ocupemos solamente de los convenios y las colonias de vacaciones.

5.
Las palabras de Olmos marcan a fuego el sector de dirigentes que acaban de traicionar al pueblo y separarse para siempre del movimiento obrero. Con su experiencia, que ya era sabiduría profética, explicó los motivos de esa defección. "Hay dirigentes -dijo-, que han adoptado las formas de vida, los automóviles, las casas, las inversiones y los gustos de la oligarquía a la que dicen combatir. Desde luego con una actitud de ese tipo no pueden encabezara la clase obrera".
Son esos mismos dirigentes los que apenas iniciado el congreso normalizador del 28 de marzo, convocado por ellos mismos, estatutariamente reunido, que desde el primer momento sesiono con el quórum necesario, lo abandonaron por no poder dominarlo y cometieron luego lafelonia sin precedentes en los anales del sindicalismo de denunciar a sus hermanos ante la Secretaria de Trabajo. Son ellos los que hoy ocupan un edificio vacío y usurpanuna sigla, pero han asumido al fin su papel de agentes de un Gobierno, de una oligarquía y de un imperialismo.
Queduda cabe hoy de que Olmos se refería a esos dirigentes que se autocalifican de "colaboracionistas" y "participacionistas"? Durante más de un lustro cada enemigo de la clase trabajadora, cada argumento de sanciones, cada editorial adverso, ha sostenido que no exista en el país gente tan corrompida como algunos dirigentes sindicales. Costaba creerlo, pero era cierto. Era cierto que rivalizaban en el lujo insolente de sus automóviles y el tamaño de sus quintas de fin de semana, que apilaban fichas en los paños de los casinos y hacían cola en las ventanillas de los hipódromos, que paseaban perros de raza en lasexposiciones internacionales.
Esa satisfacción han dado a los enemigos del movimiento obrero, esa amargura a nosotros. Pero es una suerte encontrarlos al fin todos juntos -dirigentes ricos que nunca pudieron unirse para defender trabajadores pobres-, funcionarios y cómplices de un gobierno que se dice llamado a moralizar y separados para siempre de la clase obrera.
Con ellos, que voluntariamente han asumido ese nombre de colaboracionistas, que significa entregadores en el lenguaje internacional de la deslealtad, no hay advenimiento posible. Que se queden con sus animales, sus cuadros, sus automóviles, sus viejos juramentos falsificados, hasta el día inminente en que una ráfaga de decencia los arranque del ultimo sillón y de las ultimas representaciones traicionadas.

6.
La C.G.T. de los Argentinos no ofrece a los trabajadores un camino fácil, un panorama risueño, una, mentira más. Ofrece a cada uno un puesto de lucha.
Las direcciones indignas deben ser barridas desde las bases. En cada comisión interna, cada gremio, cada federación, cada regional, los trabajadores deben asumir su responsabilidad histórica hasta que no quede un vestigio de colaboracionismo. Esa es la forma de probar que la unidad sigue intacta y que los falsos caudillos no pueden destruir desde arriba lo que se ha amasado desde abajo con el dolor de tantos.
Este movimiento esta ya en marcha, se propaga con fuerza arrasadora por todos los caminos de la República.
Advertimos sin embargo que de la celeridad de ese proceso depende el futuro de los trabajadores. Los sectores interesados del gobierno elegido por nadie no actúan aun contra esta C.G.T. elegida por todos; calculan que la escisión promovida por dirigentes vencidos y fomentada por la Secretaria de Trabajo bastará para distraer unos meses a la clase obrera, mientras se consuman etapas finales de la entrega.
Si nos limitáramos al enfrentamiento con esos dirigentes, aun si los desalojáramos de sus ultimas posiciones, seríamos derrotados cuando en el momento del triunfo cayeran sobre nosotros las sanciones que debemosesperar pero no temer.
El movimiento obrero no es un edificio ni cien edificios; no es una personería ni cien personerías; no es un sello de goma ni es un comité; no es una comisión delegada ni es un secretariado. El movimiento obrero es la voluntad organizada del pueblo y como tal no se puede clausurar ni intervenir.
Perfeccionando esa voluntad pero sobre todo esa organización debemos combatir con más fuerza que nunca por la libertad, la renovación de los convenios, la vigencia de los salarios, la derogación de leyes como la 17.224 y la 17.709, la reapertura y creación de nuevas fuentes de trabajo, el retiro de las intervenciones y la anulación de las leyes represivas que hoy ofenden a la civilización que conmemora la declaración y el ejercicio de los derechos humanos.
Aun eso no es suficiente. La lucha contra el poder de los monopolios y contra toda forma de penetración extranjera es misión naturalde la clase obrera, que ella no puede declinar. La denuncia de esa penetración y la resistencia a la entrega de las empresas nacionales de capital privado o estatal son hoy las formas concretas del enfrentamiento. Porque la Argentina y los argentinos queremos junto con la revolución rnoral y de elevamiento de los valores humanos ser activos protagonistas y no dependientes en la nueva era tecnológica que transforma al mundo y conmociona a la humanidad.
Y si entonces cayeran sobre nosotros los retiros de personería, las intervenciones y las clausuras, será el momento de recordar lo que dijimos en el congreso normalizador: que a la luz o en la clandestinidad, dentro de la ley o en las catacumbas, este secretariado y este consejo directivo son las únicas autoridades legítimas de los trabajadores argentinos, hasta que podamos reconquistar la libertad y la justicia social y le sea devuelto al pueblo el ejercicio del poder.

7.
La C.G.T. de los Argentinos no se considera única actora del proceso que vive el país, no puede abstenerse de recoger las aspiraciones legítimas de los otros sectores de la comunidad ni de convocarlos a una gran empresa común, no puede siquiera renunciar a la comunicación con sectores que por una errónea inteligencia de su papel verdadero aparecen enfrentados a nuestros intereses. Apelamos pues:


A los empresarios nacionales, para que abandonen la suicida política de sumisión a un sistema cuyas primeras víctimas resultan ellos mismos. Los monopolios no perdonan, los bancos extranjeros no perdonan, la entrega no admite exclusiones ni favores personales. Lealmente les decimos: fabrica por fabrica los hemos de combatir en defensa de nuestras conquistas avasalladas, pero con el mismo vigor apoyaremos cada empresa nacional enfrentada con una empresa extranjera. Ustedes eligen sus alianzas: que no tengan que llorar por ellas.



A los pequeños comerciantes e industriales, amenazados por desalojo en beneficio de cuatro inmobiliarias y un par de monopolios dispuestos a repetir el despojo consumado con la industria, a liquidar los últimos talleres, a comprar por uno lo que vale diez, a barrer hasta con el almacenero y el carnicero de barrio en beneficio del supermercado norteamericano, que es el mercado único, sin competencia posible. Les decimos: su lugar esta en la lucha, junto a nosotros.



A los universitarios, intelectuales, artistas, cuya ubicación no es dudosa frente a un gobierno elegido por nadie que ha intervenido las universidades, quemando libros, aniquilando la cinematografía nacional, censurando el teatro, entorpeciendo el arte. Les recordamos: el campo del intelectual es por definición la conciencia. Un intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una contradicción andante, y el que comprendiendo no actúa, tendrá un lugar en la antología del llanto, no en la historia viva de su tierra.



A los militares, que tienen por oficio y vocación la defensa de la patria: Nadie les ha dicho que deben ser los guardianes de una clase, los verdugos de otra, el sostén de un gobierno que nadie quiere, los consentidores de la penetración extranjera. Aunque se afirme que ustedes no gobiernan, a los ojos del mundo son responsables del gobierno. Con la franqueza que pregonan les decimos: que preferiríamos tenerlos a nuestro lado y del lado de la justicia, pero que no retrocederemos de las posiciones que algunos de ustedes parecieran haber abandonado pues nadie debe ni puede impedir el cumplimiento de la soberana voluntad del pueblo, única base de la autoridad del poder publico.



A los estudiantes queremos verlos junto a nosotros, como de algún modo estuvieron juntos enl los hechos, asesinados por los mismos verdugos, Santiago Pampillón y Felipe Vallese. La C. G. T. de los Argentinos no les ofrece halagos ni complacencias, les ofrece una militancia concreta. junto a sus hermanos trabajadores.



A los religiosos de todas las creencias: sólo palabras de gratitud para los más humildes entre ustedes, los que han hecho suyas las palabras evangélicas, los que saben que "el mundo exige el reconocimiento de la dignidad humana en toda su plenitud, la igualdad social de todas las clases", como se ha firmado en el concilio, los que reconocen que "no se puede servir a Dios y al dinero". Los centenares de sacerdotes que han estampado su firma al pie del manifiesto con que los obispos del Tercer Mundo llevan a la prácticalas enseñanzas de la Populorum Progressio: "La Iglesia durante un siglo ha tolerado al capitalismo... pero no puede más que regocijarse al ver aparecer en la humanidad otro sistema social menos alejado de esa moral... La Iglesia saluda con orgullo y alegra una humanidad nueva donde el honor no pertenece al dinero acumuladoentre las manos de unos pocos, sino a los trabajadores obreros y campesinos" Ese es el lenguaje que ya han hablado en Tacuarendí, en Tucumán en las villas miserias, valerosos sacerdotes argentinos yque los trabajadores quisiéramos oír en todas lasjerarquías



8.
La C. G. T. convoca en suma a todos los sectores, con la única excepción de minoras entregadoras y dirigentes corrompidos, a movilizarse en los cuatro rincones del país para combatir de frente al imperialismo, los monopolios y el hambre. Esta es la voluntad indudable de un pueblo harto de explotación e hipocresía, herido en su libertad, atacado en sus derechos, ofendido en sus sentimientos, pero dispuesto a ser el único protagonista de su destino.
Sabemos que por defender la decencia todos los inmorales pagaran campañas para destruirnos. Comprendemos que por reclamar libertad, justicia ycumplimiento de la voluntad soberana de los argentinos, nos inventaran todos los rótulos, incluso el de subversivos, y pretenderán asociarnos a secretas conspiraciones que desde ya rechazamos.
Descontamos que por defender la autodeterminación nacional se unirán los explotadores de cualquier latitud para fabricar las infamias que les permitan clausurar nuestra voz, nuestro pensamiento y nuestra vida.
Alertamos que por luchar junto a los pobres, con nuestra única bandera azul y blanca, los viejos y nuevos inquisidores levantaran otras cruces, como vienen haciendo a lo largo de los siglos.
Pero nada nos habrá de detener, ni la cárcel ni la muerte. Porque no se puede encarcelar y matar a todo el pueblo y porque la inmensa mayoría de los argentinos, sin pactos electorales, sin aventuras colaboracionistas ni golpistas, sabe que sólo el pueblo salvará al pueblo.