jueves, 28 de junio de 2007

Carlos Fonseca - Colonialismo

I. Colonialismo

Imperio y oro

Desde que Cristóbal Colón ancló en América, españoles, portugueses e ingleses blanquearon la carne humana americana. México, el archipiélago Caribe, Centroamérica y el sur de América, sin el Brasil, imposibilitaron que el sol iluminara, de una vez, el imperio español. El imperio español se enriqueció con el oro americano: con el amarillo de las minas, con el rojo y salado de la sangre y el sudor de los indios. España transportó su religión, su idioma y su piel blanca a América. España llevó a Europa oro; y al cementerio, la civilización y la cultura americana. América carecía de pólvora y se defendió. España atacó. Y con pólvora.

Resistencia indígena y sangre independentista

No fue por sumisos que caciques indígenas de Nicaragua, según relata Fray Bartolomé de Las Casas, fueron arrojados por los conquistadores españoles a la hoguera o a las fauces de perros feroces. Rechazamos la historieta según la cual España obsequió la independencia a Nicaragua y tenemos conciencia de la sangre que se ofrendó para forjar la emancipación nacional.

El 15 de septiembre: relevo de una opresión por otra

El 15 de septiembre de 1821, Nicaragua, junto con los países hermanos que en conjunto se denominan Centroamérica, rompió el secular yugo del dominio español. Este acontecimiento, que pudo haber sido punto de partida de un proceso de verdadera independencia y no el cambio de un grillete por otro, solamente significó el relevo por otra opresión no menos cruel y codiciosa: la norteamericana.

Riqueza natural y puente geográfico: origen de las agresiones

Colonialistas e imperialistas se han lanzado contra los países subdesarrollados, movidos por la rapacidad de usufructuar sus fuentes de riqueza natural. Factor importante en el origen de las agresiones imperialistas contra Nicaragua lo constituye la situación geográfica, debido a ser un puente entre los océanos Atlántico y Pacífico y estar en el camino de la gran comunicación que los Estados Unidos ansiaban dominar, y dominaron, próxima a su territorio.

Nicaragua: blanco de la rapacidad yanqui

Poco después de ser proclamada por el gobierno de Estados Unidos la llamada Doctrina Monroe, en 1823, Nicaragua fue escogida como blanco de la rapacidad yanqui. En la década del 30 del siglo pasado, representantes del gobierno de Washington recorrieron Nicaragua con el propósito de obtener información para preparar los planes de intromisión en el país.

Ciento cincuenta años de agresiones norteamericanas de todo tipo

Los ciento cincuenta años transcurridos, desde la expulsión de los colonizadores hasta hoy, son también ciento cincuenta años de agresiones norteamericanas de todo tipo. Fácilmente puede verse que Nicaragua se encuentra entre las primeras víctimas del poderío yanqui, que con el correr del tiempo se convertiría en la mayor amenaza de la humanidad y en particular de los pueblos de Asia, Africa y América Latina.